Huellas efímeras, así ha llamado el mimo búlgaro Guerasim Dishlíev “Guero”, el periplo en bicicleta que ha emprendido de regreso de París a su ciudad natal de Svilengrad (sur de Bulgaria). Hace 21 años este físico joven enamorado de la pantomima se fue de su pequeña villa a la cosmopolita capital gala para probar fortuna en la escuela de Marcel Marceau. Más tarde se convirtió en su mano derecha hasta el cierre de la academia del legendario mimo.

Guero, convencido europeo y amante de la naturaleza, recorrerá en bici unos 3000 kilometros y presentará en una serie de ciudades y pequeñas villas un espectáculo de su autoría, titulado Monólogo con una maleta. El espectáculo recrea las vicisitudes de su primer viaje a París; vicisitudes que formaron parte de la vida de miles de jóvenes de Europa del Este que cruzaron al otro lado del muro de Berlín después de que éste cayera.

En el centro de este extraño diálogo con una maleta están el viaje, la emigración, la nostalgia por la Patria y la adaptación al nuevo entorno y cultura, como también el enriquecimiento mutuo. El espectáculo ha sido presentado ya en tres ocasiones y con éxito en el famoso Festival de Teatro de Avignon, Francia. El artista confiesa que desde el punto de vista de la gestión administrativa, la organización del proyecto resultó ser el mismo enigma que su primer viaje a París. “Me sentí igualmente que hace 21 años”, dice bromeando.

El periplo ciclista de Guero comenzó el 2 de septiembre desde la plaza de la Catedral de Notre Dame de París, concretamente del lugar que marca el kilómetro cero desde donde se miden todas las distancias en Francia. Hace un par de días Radio Bulgaria contactó con el mimo durante su primer día de descanso en la ciudad septentrional francesa de Nancy.

“En estos momentos me encuentro en el centro histórico de Nancy. Con sus pequeñas calles, plaza grande y tiempo soleado es un lugar excelente para pasear. Con la bicicleta puedo circular sólo por las pequeñas carreteras. Allí los paisajes son muy relajantes y bonitos. Esto me da la oportunidad de mirar la flor junto a la carretera, la hierba recién segada o los viñedos que se extienden por toda la región de Champagne. Quisiera que este viaje sea como un hilo entre la gente de todas las naciones que se autodefinen como europeas. Ojalá de esta forma pueda conseguir un mayor intercambio de humanismo, de calidez entre las personas, y suscitar en ellas deseo de viajar y aceptar los extraños con el corazón abierto. La noche de ayer actué en una feria en Chalons-en-Champagne. Invité al público presente a mi espectáculo. Fue muy agradable, la atmósfera fue realmente artística”.

Con sus “monólogos con una maleta”, Guero trata de promover una discusión sobre los temas del viaje, los encuentros, las raíces, lo que llevamos en la maleta, hacia dónde nos dirigimos. Guarda la esperanza de realizar un pequeño documental basado en las respuestas a estas preguntas. De momento consigue que la gente participe en este juego y que entre en un diálogo con su propia maleta. “Me encuentro con muchísimos ojos que brillan intensamente cuando empezamos a hablar de viajes", dice con satisfacción el artista búlgaro.

Guero reconoce que días antes del comienzo del proyecto, todo estaba “como en un sueño”. Fue así hasta la víspera del viaje. La noche del 1º de septiembre presentó su "Monólogo con una maleta" en la sala de una de las municipalidades de París.

“Hasta esta fecha, 1º de septiembre, después de cada presentación solía decir: “Gracias por la atención dispensada. El 1º de septiembre este espectáculo comenzará un viaje por Europa…”. Cuando llegó la fecha por poco iba a decir de nuevo la frase de rutina. En el último momento me di cuenta de que ya era el 1º de septiembre y que el proyecto realmente empezaba. Resulta que antes del comienzo de semejante empresa se vive el mismo miedo escénico que antes de un nuevo espectáculo”.

Gero ya ha llegado a Alemania, en la célebre ciudad balneario de Baden-Baden.

A la pregunta de si durante esta travesía siente a su alrededor la presencia de la sombra elegante de su maestro Marceau y su poética exquisita, respondió: “Él siempre está conmigo”. Luego añadió: “Espero que soy su digno discípulo. Dondequiera que actúe, la gente se acuerda de Marceau y me habla de él. Además, mi credo dentro del teatro sigue siendo el mismo: la poesía puede cambiar la vida”.

Nos despedimos del mimo búlgaro Guerasim Dishliev “Guero” deseándole buen viaje y viento en popa hasta la próxima reunión con el público por su ruta. El final de su viaje es su ciudad natal, Svilengrad, donde se espera que llegue el 4 de octubre. Camino a casa, Guero habrá presentado su Monólogo con una maleta unas 25 veces en distintas ciudades europeas. El 29 de septiembre podrán verlo también los vecinos y los visitantes de la capital búlgara, Sofía.

Versión en español por Daniela Radíchkova