A nivel mundial a Bulgaria se le asocia frecuentemente con la hermosa naturaleza, la dilatada historia, la hospitalidad, las mujeres hermosas y los hombres recios, pero no sólo se le relaciona con esto. A continuación presentaremos algunas cosas que, esperada o inesperadamente, y hasta en forma divertida, se vinculan con este país.

Bolsa búlgara

¿Estarán Vds. buscando el implemento deportivo ideal para desarrollar todos los grupos de músculos, siendo a la vez compacto y adecuado tanto para las damas como para los caballeros? Si es así podrán apostar por el Bulgarian Bag, o sea, la bolsa búlgara. Este aparato, familiar en los EE.UU. resulta todavía poco popular entre los aficionados búlgaros a la musculación pese a que su inventor ha sido un búlgaro. Se trata de Iván Ivanov, ex atleta búlgaro en la modalidad de lucha grecorromana. Viajó a los EE.UU. hace años y comenzó a trabajar como entrenador. En 2009 la Federación de Lucha norteamericana lo proclamó Entrenador Número Uno en la lucha grecorromana masculina. Una parte del secreto en el entrenamiento de sus pupilos reside en el implemento deportivo, ideado por Ivanov, de un peso que oscila de 3 a 38 kilogramos. Su forma específica surgió como analogía con el cordero que los luchadores búlgaros de antaño cargaban en sus espaldas durante las ferias nacionales de luchas populares. Llaman la atención en este aparato la multitud de asas, entre básicas, laterales y de correas volviéndose así el mismo multifuncional. En las bolsas búlgaras originales aparecen impresos la bandera búlgara y la inscripción “Bulgaria bag”.

Se trata de un ejercicio, sencillo a simple vista, pero bastante eficaz, para los músculos de las caderas y los glúteos. En la ejecución una de las piernas va soportando el peso, y la otra se eleva y se apoya atrás para sostener el cuerpo.

Para aumentar la carga se puede utilizar barra de pesas o mancuernas. Según los maníacos de la musculación, el ejerció lo difundió primero en los EE.UU., y luego por el mundo Anguel Spasov, entrenador búlgaro de levantamiento de pesas.

Antaño Bulgaria llegaba a exportar cantidades enormes de producción agrícola a la antigua Unión Soviética. El origen búlgaro de los productos era garantía de buen sabor. Desde aquella época, en la lengua rusa al pimiento dulce se le llama “búlgaro” pese a que en Bulgaria nadie lo llama así.

Rosa búlgara

Se le llama la Reina de las Flores. Es el símbolo exquisito de Bulgaria ante el mundo. El fragante aceite extraído de los pétalos de las diferentes variedades de la rosa búlgara es ingrediente muy pretendido para las marcas de perfumes más excelsos y de mayor demanda en el mundo. El agua de rosa, obtenida tras la extracción del aceite se emplea para limpiar y suavizar el cutis. En el campo, numerosas abuelas suelen elaborar de pétalos de rosas un sabroso dulce cuya ingesta mejora la función intestinal. El nombre en latín de la rosa búlgara es Rosa Damascena, haciéndonos recordar que esta flor había sido traída a Bulgaria hace siglos desde el Oriente Medio. En Bulgaria aquella rosa encontró condiciones óptimas para su cultivo. A la región de extensas plantaciones de rosales, que corre paralela a las estribaciones de la Cordillera de los Balcanes, se le conoce por el nombre del Valle de las Rosas. Bulgaria es país líder en la producción de aceite de rosa de gran calidad, un kilo del cual se vende a precios que van de 5 a 6 mil euros.

Lactobacillus Bulgaricus

En el año 1905, el médico búlgaro Stamen Grigorov estaba estudiando la microflora de la tradicional leche agria búlgara. Él fue el primero en aislar la barra ácida-láctica, fundamental para la fermentación de este producto búlgaro muy apetecido. Grigorov bautizó la bacteria que acababa de descubrir con un nombre que enfatizaba en su patria: Lactobacillus Bulgaricus. Años después, el científico ruso Ilya Mechnikov, Premio Nobel, estableció que gracias a la citada bacteria el yogurt búlgaro reducía la influencia que los microorganismos nocivos ejercían sobre el organismo humano y que la ingesta regular de este producto contribuía a que uno tuviera una vida sana y larga. Actualmente, suman millones las personas en el mundo que se están tomando cada día yogurt con fermento búlgaro.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES, Wikipedia y archivo