La economía búlgara experimenta una necesidad acuciante de mano de obra. La tasa de desempleo es de apenas un 3,7% y, según ha dicho el primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, no trabajan únicamente quienes no quieren hacerlo. Al mismo tiempo el número de quienes abandonan Bulgaria en pos de un trabajo más prometedor oscila-según las diferentes estimativas-entre 1 500 000 y 2 000 000 de personas y todavía el número de quienes se van al extranjero es superior al de quienes retornan a la patria.
El déficit de mano de obra fuerza a los empresarios y a las autoridades a buscar reservas latentes. No es casual el que más del 60 % de los jubilados en Bulgaria sigan trabajando aún. Hay, igualmente, unos 200 000 búlgaros en edad activa que forman el grupo de los llamados ninis, o sea que ni estudian ni trabajan. Tampoco quedan olvidados los trabajadores y empleados búlgaros que se desempeñan en países extranjeros. Hay fundamentos para que esas personas acaparen la atención de las instituciones en los esfuerzos de éstas por suplir la escasez de mano de obra. Es que estos búlgaros se han acostumbrado a vivir en conformidad con los criterios y los requisitos de los empleadores en los países más avanzados, han adquirido habilidades para ser productivos y competentes en los diferentes ámbitos profesionales y, en última instancia, representan un inapreciable recurso humano para la economía búlgara.
Hay que reconocer, empero, que el grueso de esas personas no se fueron a trabajar en el extranjero por mero amor a los viajes. Simplemente han abandonado a la patria y a sus familiares por las mejores condiciones laborales y la remuneración más elevada que se les ofertan en los países de la UE, en los que reside el grueso de esas personas. Es una prueba convincente de ello el hecho de que los búlgaros residentes en diversos países del mundo estén haciendo a sus familiares y parientes en Bulgaria remesas cuyo monto supera los mil millones de euros al año. Esta cuantía convierte a esos búlgaros en el inversor extranjero más importante en el país.
Los tiempos que corren ahora son los de los indicadores e intereses económicos que afectan a cada ciudadano: salarios, precios, poder adquisitivo, prosperidad y satisfacción por el trabajo y la vida. Por esto la tarea de conseguir el retorno a Bulgaria de los búlgaros residentes en el extranjero es ardua ya que las posibilidades del Estado son limitadas, el nivel de vida es modesto, los ingresos son más que moderados y por este indicador Bulgaria es el país colista en la Europa unida. Apostar exclusivamente por los sentimientos y la nostalgia aparece como un enfoque, de antemano condenado al fracaso, independientemente de si los búlgaros radicados en el extranjero abriguen o no sentimientos cálidos con respecto a la patria. El que, en principio, estas personas mantienen su apego a la patria lo avalan los sondeos sociológicos, según los cuales, un 70% de los búlgaros que residen y trabajan en países extranjeros no tienen nada en contra de retornar a Bulgaria bajo determinadas condiciones, eso sí. En este contexto el Ministerio de Trabajo y Política Social ha confeccionado para ponerlo en funcionamiento a partir de enero de 2020,un programa especial para atraer a búlgaros emigrados. En el marco del Programa Operativo ”Desarrollo de los recursos humanos” se está preparando un paquete de medidas para un plus financiero al sueldo de 600 euros mensuales , durante doce meses, del que se podrán beneficiar los búlgaros que retornen al país. Así lo señaló Zornitsa Rusinova, viceministra de Trabajo y Política Social. Este dinero, en Bulgaria no es poco, su monto ronda el salario medio en el país. El paquete de incentivos para los búlgaros que opten por el regreso a la patria incluye asimismo cubrir el Estado los gastos en alquiler y garantizar para los hijos de corta edad un cuidador hasta que éstos comiencen a frecuentar casas cuna o guarderías infantiles , enseñanza de la lengua búlgara para los miembros del núcleo familiar que tengan otra nacionalidad .El valor total de este programa asciende a unos 5 millones de euros .El programa apuntará a todas las personas de hasta 54 años de edad.
En sus primeros comentarios relativos al programa, la mayoría de nuestros compatriotas en el extranjero se ha mostrado escéptica. ”Cualquier búlgaro retornará cuando vea que sus familiares viven bien y más tranquilos, que en Bulgaria la remuneración del trabajo es honesta, que hay en el país una buena Sanidad y una buena Educación. No hace falta que el estado reparta dinero sino que éste debe contribuir a que nos sintamos como una parte importante de la comunidad búlgara”, escribe en las redes sociales un emigrante económico búlgaro. El grueso de las personas en su condición reclaman un mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo en Bulgaria y esto lo plantean como precondición para el retorno. Por cierto, hay también personas que no se quedarán insensibles e indiferentes ante las medidas propuestas por las autoridades búlgaras para el retorno al país de los emigrantes .El futuro mostrará si estas medidas rendirán frutos.
Versión en español por Mijail Mijailov
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