Europa es un conglomerado gigantesco de rutas de comunicación que se entrecruzan: vías ferroviarias, automovilísticas, gasoductos, oleoductos, corredores de transporte, redes de comunicaciones, etc., que hacen que nuestro mundo sea más accesible y cómodo. Asimismo, surcan el territorio del continente múltiples vías de senderismo. Se trata de 11 rutas para la práctica del senderismo que atraviesan unas de las cordilleras más emblemáticas y otras curiosidades de la naturaleza de Europa. Tres de estas rutas pasan por Bulgaria.
Los aficionados al trekking (excursionismo) conocen bastante bien estas rutas transeuropeas que revelan la hermosura de la naturaleza del Viejo Continente. En Bulgaria las rutas siguen las crestas de algunas de las montañas, zigzaguean por entre espumosas cascadas y lagos de agua transparente, pasan por umbrosos bosques, extensos pastizales y llegan a algunas de nuestras reservas naturales y zonas protegidas más importantes.
La longitud total de las rutas que pasan por Bulgaria es de 1.600 km, todo un récord para un país tan pequeño como el nuestro. Además, según conocedores, nuestra ventaja es que estas rutas están bien señalizadas y una densa red de albergues y resguardos de montaña garantizan que no se quedarán ustedes sin alojamiento al anochecer.
Las vías transeuropeas de excursionismo que atraviesan el territorio búlgaro son: la E3, la E4 y la E8. Están bien descritas en los mapas y las guías correspondientes que se distribuyen tanto en este país como en el extranjero. Para recorrer dichas rutas hacen falta un equipamiento excelente y una amplia experiencia en el montañismo. En el territorio búlgaro finaliza la E3, la ruta transeuropea más famosa, que parte desde España, tiene 7 mil km de largo, pasa por el cabo de Eminé, en la costa búlgara del Mar Negro y continúa hacia Turquía.
En Bulgaria esta ruta pasa por la cumbre Kom de la Cordillera Balcánica en el noroeste del país, bordea el “espinazo” de esta cordillera y llega al cabo de Eminé contra el cual revientan las olas del Mar Negro. “La ruta se hizo popular antes de la década de los 90 del siglo pasado, cuando la Asociación Europea de Turismo Peatonal empezó a señalizar estas rutas en el territorio de este país” comenta Gueorgui Karpáchev de la Comisión de Señalización Turística de la Unión de Turismo Búlgara.
“Es una ruta montañosa de más de 700 km, explica Gueorgui Karpáchev y continúa. Pasa por un centenar de cumbres. Una de las ventajas que presenta es que en los dos lados de la Cordillera Balcánica hay alrededor de 30 albergues que distan un día de marcha a pie el uno del otro. De ahí que los turistas puedan alojarse en alguno al final de cada recorrido, comer y relajarse para el día siguiente. La ruta pasa por la cumbre más alta de la Cordillera Balcánica, la Bótev, (2.376 m.), y atraviesa el Parque Nacional Balcán Central y otras zonas naturales. Todo el trayecto puede ser recorrido en 20 ó 25 días sin mucho esfuerzo. Luego uno puede jactarse de haber recorrido los montes búlgaros”.
Vale la pena desviarse de la ruta señalada de vez en cuando e ir a las partes bajas de la montaña para visitar algunas de las localidades sumidas en verdor que conservan su aspecto antiguo. Triavna, Bozhentsi, Apriltsi, Troyán, Kalófer y otros forman parte de la pléyade de pueblos y ciudades montañosas que acogen a los turistas en sus hoteles familiares.
Después de estos recorridos tan largos en medio de la naturaleza, el nuevo contacto con la civilización le viene bien a uno antes de que vuelva a sumergirse en la intensa vida de la urbe. Gueorgui Karpáchev recomienda a todos que conozcan la vía peatonal E4. En nuestro país, ésta arranca desde el monte Vitosha, en las afueras de Sofía, atraviesa los lugares más hermosos de los montes Rila y Pirin y sigue hacia Slavianka, un monte fronterizo entre Bulgaria y Grecia, para continuar en territorio griego.
Esta ruta alpina revela el encanto de las montañas más altas de Bulgaria con sus picos más altos: Musalá (2.925m), Vihren (2.914m), etc. Un centenar de cumbres, entre las cuales hay decenas de más de dos mil metros de altura, brindan a los amantes de las sensaciones extremas la posibilidad de poner a prueba su perseverancia y resistencia.
No obstante, si no se cuenta con un temple adecuado para estas rutas extremas, es más conveniente escoger la vía E8 que atraviesa el sureste de Bulgaria donde se encuentra el pintoresco monte Ródope. Gueorgui Karpáchev continúa diciendo:
“Esta ruta empieza en nuestro país desde el centro turístico “Borovets”, ubicado en la montaña Rila, sube hacia el pico Musalá y continúa hacia el monte de Ródope. Ha sido trazada con el fin de pasar por los lugares más interesantes de esta parte de Bulgaria: embalses, desfiladeros, algunas grutas como la de Yágodino y la llamada La Garganta del Diablo, etc. En la parte este del monte Ródope la vía peatonal pasa cerca de las excavaciones arqueológicas más recientes cuyos hallazgos datan de la más remota antigüedad. Es un monte de contornos más suaves y redondeados, por eso esta ruta se puede recorrer durante casi todo el año. Se tarda dos semanas en recorrerla. Sin embargo no hay muchos albergues, aunque eso sí, hay múltiples pueblecito antiguos emplazados muy cerca uno del otro donde podrán ustedes alojarse en casas de huéspedes u hoteles familiares. Luego, la E8 abandona el territorio búlgaro y sigue hacia Turquía”.
Versión en español de Plamen Hrístov