Viajando por Bulgaria se pueden descubrir rincones de insospechada belleza y encanto, lugares que de forma magnética nos atraen con su energía. Hay innumerables lugares interesantes, pero los hay que permanecen en el corazón para siempre. Entre ellos se encuentran sin duda Teteven y sus atractivos como, por ejemplo, el pico Ostrich y la pequeña capilla “Protección de la Madre de Dios”, edificada en una superficie de apenas 30 m².
Desde Teteven el camino serpentea y sube lentamente hasta el pueblo situado en las soleadas laderas de Stara Planina. Tras cada giro la montaña va descubriendo más de sí y las vistas son cada vez más maravillosas. El camino cruza amplias praderas de césped segado y cuidadosamente amontonado. Los prados se van alternando con pequeños huertos en los que los agricultores cultivan su propia comida.
Babintsi no es un pueblo grande, y sus habitantes son amables y hospitalarios. En palabras del alcalde, Serguey Manev, es cuestión de cultura y de buena educación. Según dice, a esto contribuye el hecho de que en el pueblo no hay gente que no haya completado sus estudios. Los residentes son mayoritariamente gente joven que se gana la vida con la agricultura.
Nada más llegar, el edificio de la escuela primaria causa una buena impresión. Está pintada de blanco, y en su pequeño patio se puede ver un jardín bien cuidado. Los lugareños afirman que aún hay alumnos, pero añaden con tristeza que no se sabe hasta cuándo los habrá.
A muchos turistas les impresiona la buena apariencia de la escuela, cuenta el alcalde. Se conserva en el estado original, tal como fue inaugurada en 1949, y el edificio anexo es la guardería. El mérito de su conservación es de todo el personal, apoyado por donaciones del presupuesto municipal y con la ayuda de los habitantes del pueblo. Es un colegio protegido con 11 alumnos. El año que viene habrá más, porque actualmente en la guardería hay unos 20 niños. Estamos agradecidos de ser uno de los pueblos que todavía tienen colegio y guardería.
El sendero hacia el pico y la capilla parte precisamente de la escuela. Un pequeño letrero con la inscripción “A la capilla” indica el camino. El camino de cabras conduce a las vastas praderas de la cima, que en verano se llenan de flores y hierbas aromáticas. La vista se va abriendo más y más, hasta que el horizonte se extiende ante nuestros ojos. A lo lejos se distinguen entre la bruma las siluetas verdes y azuladas de los interminables picos de los Balcanes, que parecen esperar a ser coronados. Hasta donde alcanza la vista se extiende la poderosa mole de la montaña.
Sobre la idea de construir una capilla en el pico Ostrich ( a 1069 metros de altitud), que tiene forma cónica, cuenta el alcalde: Desde tiempos inmemoriales se hacen votos en ese pico. De pequeño veía a las abuelas de Teteven cargar piedras del río en grandes pañuelos a la espalda para llenar con ellas el cráter de la cima, por temor a que entrara en erupción, ya que cuenta una leyenda que se trata de un volcán no extinto. La idea de edificar la capilla fue de Asén Urmanov, un habitante del pueblo. De pequeño rompió un icono, y prometió hacer todo lo posible por enmendar su error.
El alcalde también habla sobre los fondos gracias a los cuales se pudo erigir la capilla: La capilla se construyó íntegramente con recursos personales de Asén Umanov. En 2006 reunió un grupo de trabajadores del pueblo, porque el terreno requería mucho trabajo. A pesar de ello, en tres meses, la capilla estaba terminada. Los frescos son obra de Atanás Danailov, del pueblo vecino de Gradeshnitsa. Es un gran artista y esa fue su aportación.
El pasado histórico de la región es muy rico, explica también el alcalde: El pueblo ya se describe en los registros turcos del siglo XIV con el nombre de Baboyane. Posteriormente surgieron leyendas, según las cuales, el nombre de Babintsi viene de una época en la que la mayoría de sus habitantes eran mujeres ancianas (en búlgaro, “babi”), cosa que no es cierta. En la zona se encuentra el pico Treskavets, en el cual había una fortaleza romana. Se han hallado numerosos objetos que lo demuestran, que actualmente están expuestos en el Museo de Teteven.
El monte Treskavets es todo un mundo de leyendas, creencias, estudios arqueológicos, hechos y especulación. Cuando hay tormenta sobre la cima los truenos se oyen desde lejos, de ahí su nombre. Son también testigos de ello los troncos medio quemados por todo el bosque, alrededor del camino que lleva a la cima. El pico es de difícil acceso, ya que está rodeado por acantilados inaccesibles. No es de extrañar que los romanos lo eligieran para erigir su fortaleza. ¿O tal vez sería por su belleza y su misticismo?
Versión en español por Marta Ros
Fotos: Svetlana Dimitrova