Tras meses de confinamiento, conciertos cancelados y una activa vida musical en línea, el 28 de junio la Filarmónica de Sofía vuelve a invitarnos en su cada: la Sala Bulgaria, en Sofía. Por primera vez en su historia la prestigiosa orquesta ha preparado un programa para la temporada de verano: una variopinta serie de conciertos sinfónicos y de cámara que se desarrollarán en condiciones que se corresponden con los requisitos del Ministerio de Sanidad contra la difusión de Covid–19. La orquesta será en composición reducida y los sitios en la sala se ocuparán según un esquema previo que garantiza el distanciamiento. Las actuaciones en cámara transcurren bajo el lema “Verano Romántico” y se desarrollan al aire libre en el atrio de Cuadrado 500, uno de los edificios de la Galería Nacional.
“Es un lugar excepcional que descubrimos mientras buscábamos un lugar donde organizar los conciertos de cámara −explica el maestro Tódorov− . Hemos invitado los más famosos, los mejores y los más aclamados intérpretes búlgaros para nuestros programas. Los solistas del primer concierto son el violinista mundialmente conocido Svetlín Rusev y el tenor Mijaíl Mijáilov. El 5 de julio bajo la batuta de Plamen Dzhurov se ejecutarán dos de los conciertos para piano de Mozart con la actuación de Victoria Vasilenko y Serguey Redkin. Quisiera subrayar que para toda la temporada de verano hemos escogido bella música de autores clásicos y extranjeros. Creo que el público valorará estas obras. Por ejemplo, Las cuatro estaciones de Vivaldi, 12 de julio con solista Vesko Panteléev−Eshkenazi, es un tipo de música que alcanzaría a cualquiera. Junto con el Coro Filarmónico Nacional, con director Slavil Dimitrov, interpretaremos Stabat Mater de Pergolesi, con solistas Stefani Krásetva e Ina Káncheva. Hemos invitado a uno de los directores favoritos de nuestra orquesta, Konstantín Ilíevski. Después viene Un cuento para trompeta, con solista Pátar Makedonski, (trompeta), que es uno de los integrantes de la Filarmónica. Tedosíy Spasov deleitará al público búlgaro en un concierto bajo la batuta de Grigor Palikarov. El virtuoso del violín Mincho Minchev también ofrecerá un concerto. Clausuramos la temporada el 30 de agosto con interpretaciones bajo la dirección de Lubomir Denev–hijo”.
En Verano Romántico participan formaciones de cámara adscritas a la Filarmónica. Los músicos esperan cosechar éxito durante la temporada veraniega y esperan que sean echados los cimientos de una tradición nueva. No obstante el entusiasmo y la emoción con las cuales presenta el nuevo programa, maestro Tódorov recuerda que la cuarentena y la cancelación de la vida cultural son los primeros acontecimientos de esta índole a escala mundial. Incluso durante las guerras mundiales se organizaban conciertos y funciones teatrales.
“Se produjo un doble efecto. Por un lado la depresión del enorme número de conciertos cancelados de la Filarmónica, así como compromisos míos personales relacionados con una serie de conciertos y espectáculos en Italia, Alemania, Austria, México, Brasil, EE.UU. Por otro lado hemos recibido un regalo inesperado: el poder estar junto con nuestras familias. El confinamiento atestó un fuerte golpe sobre la convicción de que pase lo que pase la actividad cultural seguirá existiendo. Algunos incluso se planteaban la pregunta de si nuestra necesaria es existencia. No olvidemos que durante la cuarentena las personas fueron salvadas por los conciertos en línea que podían escuchar, las películas que veían y los libros que leyeron. El arte tenía que “parar” pero al mismo tiempo fue muy necesario para las personas. Esta crisis nos mostró que para el mundo es muy difícil seguir adelante sin los artistas salvo que se eleve drásticamente el número de los psiquiatras”.
