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Plamen Petrákiev se refiere a la maestría de elaborar instrumentos musicales tradicionales

Foto: bgfolk.net
Piensen Uds. en instrumentos musicales como el piano, el violín o la guitarra. No es difícil describir su aspecto, ¿verdad? Imagínense ahora una tambura, o sea bandurria, o las diferentes especies de la flauta típica búlgara. Si Uds. no son músicos profesionales no les será tan fácil. Se trata solo de algunos de los instrumentos a través de los cuales a lo largo de los siglos se ha conservado la rica tradición musical búlgara. Hoy, por ejemplo, se pueden escuchar los sonidos del kaval entrelazados en una interpretación moderna de jazz. Para el buen intérprete no es difícil buscar la armonía entre la tradición y la modernidad. Para cada músico es importante encontrar el instrumento mejor elaborado, a encontrar su Stradivarius. Esto es válido tanto para violinistas y pianistas, como para los músicos que se dedican al folclore.

Uno de los maestros que elaboran instrumentos tradicionales búlgaros es Plamen Petrákiev. Nació en Pleven pero hoy es uno de los pocos maestros de instrumentos musicales que trabajan en la ciudad de Plovdiv. De pequeño comenzó a tocar en uno de los conjuntos infantiles de su ciudad natal. Escogió un instrumento de percusión, el tambor. Cuando en la aldea de Shiroka laka fue abierta una escuela musical para música y bailes tradicionales Plamen fue una de las primeras personas que se graduaron por ella. Han terminado esta escuela algunos de los mejores intérpretes de música tradicional búlgara. El maestro de instrumentos musicales evoca los años de su infancia.

”Me matriculé en la escuela de Shiroka laka. Allí aparte del tambor comencé a tocar otro instrumento tradicional búlgaro, la tambura. Después de terminar la secundaria accedí a la Academia de Música de Plovdiv, de nuevo en la especialidad de tambura. Posteriormente comencé a impartir clases en la escuela de Shiroka laka. Regresé a Plovdiv y allí me asenté. Cuando era pequeño mi padre elaboraba tamburas. Lo observaba mientas él las elaboraba, esto era muy agradable para mí. He aprendido mucho de su maestría. Los primeros instrumentos que comencé a hacer solo fueron tamburas. Las hacía únicamente para mí, dice Plamen. Posteriormente comencé a dedicarme profesionalmente a su elaboración y me entregué por entero a este oficio. Aparte de la tambura, elaboraba un instrumento griego, el buzuki. Después comencé a hacer otros, como duduk, kaval. Nadie me ha enseñado, lo he aprendido todo por mi cuenta. A veces me reúno con otros maestros para ver cómo trabajan ellos. Me gusta elaborar el instrumento y escuchar su sonido. Este es el mayor placer para mí”.

A juicio de Plamen Petrákiev, para que una persona sea buen maestro de instrumentos musicales debe saber trabajar con la madera pero también ser músico. Resulta que las raíces de su amor hacia la música tradicional son muy profundas.

”Hace muchos años mi abuelo tocaba una tsafara que es una flauta pastoril más corta de lo habitual. Era uno de los mejores intérpretes de esta flauta típica en su aldea natal. Tocaba en reuniones y bodas. Hasta ahora he recibido todo tipo de pedidos para elaborar instrumentos musicales. Ha habido pedidos bastante raros. Cada músico profesional tiene sus requisitos. Naturalmente lo más importante es que cada uno desea que el instrumento sea de calidad y que tenga el mejor sonido posible. Muchos búlgaros que viven en el extranjero también me encargan instrumentos. Me llaman desde Francia o España. He tenido propuestas de ir al extranjero pero no tengo mucho tiempo y por esto trabajo en Bulgaria”.

Plamen Petrákiev es miembro de la Asociación de Maestros de Oficios Tradicionales en Plovdiv. Ha sido invitado en diferentes feries de oficios tradicionales en todo el país. Es muy bien recibido en todas partes. Hace algunos años decidió elaborar todos los instrumentos musicales en tamaño pequeño. Así fueron creados kavales, gaitas, tamburas de un tamaño de 10-15 centímetros. Al principio la idea era que sean solo recuerdos. Sin embargo, posteriormente el maestro los elaboró de modo que puedan ser tocados. Actualmente toda su familia participa en un proceso artístico vinculado con los oficios tradicionales. Su espesa se dedica a la tejeduría. Además, trabaja con cueros. La hija y el hijo del músico elaboran algunos de los recuerdos. Se trata de objetos pequeños de la vida cotidiana de las aldeas búlgaras que hoy se pueden ver solo en los museos. A juicio de Plamen, hay jóvenes que desean elaborar instrumentos musicales tradicionales. Sin embargo, para que se conviertan en buenos maestros hace falta mucho tiempo, paciencia, amor hacia el oficio y la música.

Versión en español por Hristina Táseva
По публикацията работи: Lina Ivanova


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