En enero se cumplieron 160 años del natalicio de Stefan Stambolov, insigne revolucionario, poeta y estadista búlgaro. Por muy contradictorias que fueran las valoraciones de su personalidad es indiscutible que, siendo primer ministro de Bulgaria (1887-1894), él trazó el camino del desarrollo moderno europeo del país, utilizando incluso la fuerza cuando hacía falta. No por casualidad el diario francés Le Figaro escribió en aquella época: “Stambolov encarna la energía de Bulgaria”.
La vida de Stefan Stambolov duró apenas 41 años en que él participó en el derrocamiento del Imperio Otomano, así como en la construcción del Estado búlgaro.
“Stefan Stambolov nació el 31 de enero de 1854 en Veliko Tárnovo, en el seno de una familia común que tenía un pequeño negocio – cuenta para Radio Bulgaria el profesor Milko Palangurski de la Universidad Santos Cirilo y Metodio de Veliko Tarnovo – . Antes de cumplir los 23 años ya había participado en el movimiento independentista; además, por actividades revolucionarias fue expulsado del Seminario de Odesa, en Rusia, donde estudiaba. Luego fue Apóstol de la Revolución búlgara y encabezó, en 1875, la sublevación fallida de Stara Zagora. En 1876 fue uno de los líderes del Levantamiento de abril, el punto culminante en las luchas emancipadoras nacionales contra el dominio otomano que había durado cinco siglos. Intervino también en la Guerra Ruso-Turca de 1877 a 1878, libertadora para Bulgaria”.
En el período posterior a la liberación Stambolov controló, en gran parte, la conducta de los diputados búlgaros cuando se ponían los cimientos del nuevo Estado búlgaro.
“Stambolov fue todo lo que podía ser una personalidad de la vida pública búlgara: fue líder de un partido político (el Liberal-Popular), diputado, regente y uno de los primeros ministros nacionales que ocupó este cargo a lo largo de varios años – señala el Prof. Milko Palangurski – . Consiguió imponer disciplina estricta y comportamiento constitucional al Parlamento nacional, como también su voluntad a dos monarcas búlgaros: los príncipes Alejandro I Battenberg y Fernando I. Además, fundó uno de los partidos políticos más fuertes en Bulgaria y, como primer ministro, sentó las bases de la modernización social, económica y política del país”.
Durante el período en que Stefan Stambolov fue premier se pusieron los cimientos de la estatidad nacional. Según el profesor Palangurski, “entonces comenzó la edificación de las instituciones, lo cual determinó el destino de Bulgaria como un país europeo”. En los siete años de gobernación de Stambolov se pusieron los fundamentos de los ferrocarriles estatales, comenzó la construcción de puertos, empezaron las obras de la Universidad de Sofía, fueron creados el correo nacional y la imprenta estatal, se celebró la primera feria comercial búlgara.
“No hay otro premier búlgaro que personifique de forma tan sintetizada la línea proeuropea del país, empezando por el cumplimiento de las leyes, seguido por el funcionamiento de los diversos sistemas político-estatales como, por ejemplo, la policía, el ejército, el sistema educativo y las relaciones cívicas –añade el Prof. Palangurski– . Todo ello se imponía a veces por la fuerza para que la sociedad empezara a actuar en este sentido”.
La imposición de la estadidad con fuerza por parte de las autoridades, y, en ocasiones, con violencia y abuso policial, unía a los opositores de Stambolov, que iban multiplicándose. Su trágico final se produjo en julio de 1895 cuando fue asesinado a sablazos en la calle. Un monumento en uno de los parques céntricos de la capital búlgara evoca hoy su trágico fin.
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