Al cabo de decenios de activa labor artística, hoy la voz de Stancho Stoilov resuena más que nada en reuniones de familiares o amigos. Se le puede encontrar casi todos los días en su taller de reparación de instrumentos musicales en el centro de Sofía. Suelen visitarle allí cantantes folclóricos y viejos compañeros con que viajó en giras y conciertos por todo el país.
Stancho Stoilov nació en la aldea de Kopanitsa, que cabe en la región folclórica de Graovo. Quedó huérfano a los dos años y fue criado por unos parientes. Desde niño soñaba con dominar el oficio de su padre, que reparaba instrumentos musicales y, sobre todo, gaitas. De alumno participó en diversos concursos musicales y llamó la atención de los especialistas de Radio Nacional de Bulgaria, que le invitaron a hacer sus primeras grabaciones para esta emisora en 1959. Después del servicio militar se incorporó a los grupos artísticos que recorrían el país a la usanza de aquella época, y actuó con grandes figuras de la música y el canto tradicionales como el cantante Boris Mashalov o el acordeonista Boris Karlov.
“Los programas se estructuraban de manera que presentaran a intérpretes de todas las regiones folclóricas del país”, recuerda el cantante, hoy retirado. “El resultado era un ramillete multicolor de piezas instrumentales y cantadas. Ofrecíamos conciertos en ciudades y aldeas, fábricas y haciendas. Vestíamos los trajes típicos de la región que representaba cada uno de nosotros”.
Stancho Stoilov desempeñó un papel primordial para la apertura de la Escuela de Artes Folclóricas de Kotel, primera en su género en el país. Ya que la formación de los estudiantes requería instrumentos musicales, el cantante los fue juntando de cantantes y músicos que se habían retirado del escenario, coleccionistas, etc. Eran instrumentos para interpretaciones en solitario que hubo que adaptar para su uso en conjuntos musicales. El Ministerio de Cultura ayudó a los entusiastas de la nueva escuela becando a Stancho Stoilov para estudiar disciplinas musicales teóricas y estructura de los instrumentos musicales piano, clavecíny otros con el profesor Merker, reconocida autoridad en la materia. A su regreso a la patria, Stancho trabajó largos años como afinador de instrumentos musicales al servicio del Ministerio de Cultura. Hoy, evoca con nostalgia los años 70 y 80 del siglo pasado cuando tenía actuaciones casi a diario en diferentes conciertos. Su mayor deseo es transmitir a algún intérprete joven su inapreciable colección de canciones.
Versión en español por Raina Petkova
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