El tesoro tracio más grande, el esqueleto humano más antiguo que ha sido descubierto en Bulgaria, una tablilla de barro y fondos de vasijas con pictogramas definidas como "la escritura más arcaica del mundo" es lo que se puede ver en el Museo Regional de Historia de Vratsa, la ciudad más grande en el noroeste de Bulgaria. Siguiendo los pasos del pasado descubiertos por los arqueólogos, el viaje les trasladará milenios atrás. No es casual que los vecinos de Vratsa hayan escogido el siguiente lema para su ciudad natal "Una ciudad antigua y joven como la cordillera de los Balcanes". Se considera que la cuna de la ciudad es la localidad Gradishte, cerca del paso Vratsata, en la parte oeste de los Montes Balcanes.

“Aquí surgió la ciudad. Primero fue un asentamiento tracio relacionado con la seguridad en la vía y las minas de cobre en los Montes Balcanes que se explotaban desde el Calcolítico - dice Alexandra Petrova, curadora del museo. - Después se convirtió en un centro romano fortificado y centro de la época bizantina temprana. Estamos explorando una iglesia del periodo bizantino temprano. Debajo de ella había una necrópolis cristiana que no está relacionada con ella. Un hecho curioso es que todas las tumbas son de niños. Más tarde, durante la Edad Media, aquí creció una típica ciudad medieval llamada Vratitsa. Su nombre aparece en una inscripción de piedra encontrada en esta zona en 1941 y que data del siglo XIII. La ciudad se expandió a lo largo del desfiladero del río Leva y alcanzó los lindes de la moderna ciudad de Vratsa”.

En los estudios de la localidad

Gradishte, los arqueólogos han descubierto monedas de la Antigüedad y del Medioevo, como también objetos de cerámica. Uno de los hallazgos más interesantes es una moneda del emperador Zenón (425 - 491). “Es una auténtica falsificación. Es de oro por fuera, pero su interior es de bronce. Está dorada con el fin de reducir su costo”, explica la señora Petrova. “Pueden ver la moneda en el Museo Regional de Historia, declarado uno de los cien sitios de especial interés turístico de Bulgaria. Está ubicado en un edificio especial y presenta la vida en estas tierras desde la prehistoria hasta nuestros días. Una de las exposiciones más atrayentes es el tesoro de Rogozen que ha dado la vuelta al mundo. Es el tesoro tracio más grande descubierto y ha sido declarado el hallazgo del siglo XX. Está compuesto por 165 vasijas: fiales, jarras y tazas utilizados en ritos religiosos en honor a Dionisio, el dios del vino.

“El tesoro es de plata y pesa unos 20 kilogramos - dice Alexandra Petrova. - Gran parte de las vasijas son de plata de alta pureza. Otras están oxidadas porque la plata está mezclada con cobre. 131 de las vasijas están parcialmente decoradas con oro. El tesoro está relacionado con la tribu tracia de los tribales que habitó el noroeste de Bulgaria y era conocida como la tribu tracia más violenta. Se trata de un tesoro real acumulado durante más de un siglo, por lo cual lo fechamos en los siglos V-IV antes de Cristo. Los recipientes difieren por la tecnología de su elaboración. Algunos fueron hechos al norte de Jemus, el nombre antiguo de los Montes Balcanes, otros fueron elaborados al sur de los montes, en las tierras de los odrisios. Una tercera parte es el botín de Abdera. Se considera que esas vasijas fueron robadas de Abdera, una colonia griega en la costa del Mar Egeo. En las fuentes históricas se mencionan campañas militares conjuntas de los tribales y las tropas macedonias que saquearon aquella ciudad”.

Las tumbas del túmulo

Moguilanska situado en el casco antiguo de la ciudad, están relacionadas con los tribales. En una de las tumbas ha sido descubierta la armadura de gala de un guerrero tracio: una rodillera de plata y oro y un casco de hierro. Fue descubierto también un esqueleto de mujer. Se supone que pertenece a la novia de un gobernante local. Heródoto describió la costumbre tracia de asesinar a la esposa ritualmente y sepultarla junto con el rey. Está conservada una corona de oro que se asemeja una corona de ramas de laurel y con que estaba adornada la cabeza de la joven. Pesa 205 gramos y es de oro. Complementan el conjunto de adornos dos pendientes de oro macizo exquisitamente decorado en la parte inferior con figuras de esfinges y elementos florales. En la tumba fue encontrada también una biga con dos caballos enjaezados.

Hay un complejo etnográfico del Renacimiento Nacional (s. XVIII -XIX) adscrito al Museo Histórico de Vratsa que presenta una amplia exposición dedicada a las celebraciones rituales anuales de la gente local. Se conservan hasta hoy en esa ciudad una antigua iglesia de 1848 y tres casas auténticas del Renacimiento Nacional.

“En una de las casas se halla la exposición más reciente del Complejo Etnográfico - El mundo de los niños - explica la señora Petrova. -  La casa tiene dos plantas. En la planta baja está presentado el mundo de los niños de pueblo, sus juguetes que son de materiales naturales: mazorcas de maíz y espigas de trigo. En el segundo piso, está presentado el estilo de vida de los niños de la ciudad. Gran parte de las muestras: cama, ropa, juguetes pertenecían al hijo de un médico de Vratsa que falleció a una edad tierna. Hay también un cochecito de bebé restaurado. En el complejo etnográfico se encuentra la casa de Dimitraki Hadzhitoshev, destacada figura de la lucha por la independencia nacional y eclesiástica. Fue asesinado por los turcos. La familia de los Hadzhitoshev era una de las familias eminentes de Vratsa. En la tercera casa está mostrada la sericicultura,la cría del gusano de seda, un oficio tradicional de Vratsa. Hay una reconstrucción de un taller de orfebrería de la época del Renacimiento Nacional. Está presentada la producción de vino. Es curiosa la exposición de los vehículos de antaño: carruajes, cabriolés, trineos producidos en el taller del maestro autodidacta pero innovador Mito Orozov”.

En Vratsa se encuentran dos de las tres torres auténticas de los siglos XVI y XVII que se conservan en Bulgaria. Una de ellas, conocida como Kurtpashovata, se halla muy cerca del museo y está convertida en tienda de recuerdos. La segunda, la torre Meshchiite, está al lado del Ayuntamiento. Es el símbolo de la ciudad. Servía de vivienda y de fortificación y a finales del siglo XIX fue transformada en una torre de reloj. Situada a pie de la montaña de Vratsa, la ciudad es el punto de partida hacia muchas cuevas, cascadas y formaciones rocosas interesantes en la zona.

Versión en español por Ekaterina Bobeva
Fotos: Rumiana Tsvetkova