Hasta finales de septiembre en la Casa de Cultura “Boris Hristov” en Plovdiv se podrá visitar la exposición “El dinero narra”. “Es una exposición histórica peculiar e inusual que narra sobre las personalidades representadas en los billetes búlgaros. Son destacadas figuras de la historia nacional y pareciera que sabemos todo sobre ellas, pero al mismo tiempo han resultado muy desconocidas incluso para nosotros, los especialistas”, explica la curadora de la exposición Vesela Nozharova. De la muestra podemos aprender mucho sobre la vida de San Juan de Rila, patrono del pueblo búlgaro, Paisii de Hilendar y Petar Beron, destacadas figuras del Renacimiento búlgaro, el político Stefan Stambolov, el escritor Aleko Konstantinov, el poeta Pencho Slaveikov, el pintor Ivan Milev. Siete personalidades de la vida política y social adornan los billetes búlgaros en la actualidad.

La idea de la exposición se le ocurrió primero a Iurii Valkovski, culturólogo y gerente artístico. Durante una conferencia en Dublín se fue a cenar con otros participantes en aquel evento. Ellos empezaron a hacerle preguntas de dónde era, querían saber algo sobre Bulgaria, y a él se le ocurrió la idea de sacar su cartera y enseñarles un billete búlgaro. De esta manera empezó a narrar la historia de nuestro país a través de las imágenes impresas sobre los billetes. El primero fue Stefan Stambolov, un destacado político que ha hecho mucho por Bulgaria. Luego les enseñó a Pencho Slaveikov y les explicó qué había escrito revelándoles la grandeza de sus obras. La idea es excepcional, porque si miramos con más atención estos trozos de papel que tenemos en nuestros bolsillos todos los días, descubriremos historias muy importantes narradas por ellos. Por ejemplo, en el billete con la imagen de Pencho Slaveikov se ve una carroza y la poetisa Mara Belcheva. De esta manera se hace referencia al amor entre ellos dos. Están impresas palabras de sus cartas de amor. Cada billete narra del personaje que está representado y también de la historia búlgara.

De hecho, la exposición es una especie de juego de la marca Lego compuesto por diferentes historias, representadas en forma de siete grandes cubos. Entre ellos están colocados otros cubos de cristal, más pequeños, en los que se hallan expuestas muestras de diferentes museos de historia de todo el país. Esta composición desvela hechos poco conocidos y curiosos incluso para los especialistas sobre la vida de los personajes. Una compañera del Museo Etnográfico de Plovdiv nos dijo que no sabía que Petar Beron, científico enciclopedista, fue estrangulado o que fue ginecólogo. Este comentario suyo otra vez me hizo pensar que poca gente intenta acercarse a la esencia y a la vida de las personalidades históricas que son muy conocidas, dice Vesela Nozharova.
  
Hay algo perjudicial en nuestro sistema educativo, y no solo en él, sino en general en la manera de la que funcionan los museos búlgaros. Ellos estimulan una percepción demasiado tipificada y antiguada de nuestra historia. Sabemos ciertas cosas de un modo estereotipado, sin adentrarnos en profundidad y buscar respuestas a la pregunta “¿Por qué?”. En la actualidad los museos búlgaros no son suficientemente activos con respecto a las personas jóvenes y esto es algo que hemos intentado evitar en la exposición. En nuestra muestra hemos enseñado una máquina de escribir para que los niños puedan ver cómo se escribía a principios del siglo XX, antes de la entrada de los ordenadores. Los que quieran podrán probarla. Pueden también escribir letras sobre arena, utilizando el sistema del propio Petar Beron para practicar la ortografía, o sentarse en un pupitre viejo de los años 50 del siglo pasado. En la Casa de Cultura hemos puesto también pantallas en las que proyectamos películas documentales sobre la época, fragmentos de programas de televisión, fotografías o información sobre las personalidades históricas. Hay auriculares en los que se pueden oír diferentes sonidos, relacionados con las historias concretas. Por ejemplo el ruido de las Cataratas de Niágara, porque contamos la historia de Aleko Kostantinov y su viaje a EEUU, enseñamos la postal que le envió a Pencho Slaveikov de ahí. Se puede ver también el original del Abecedario del Pez de Petar Beron del año 1862 y también dibujos originales de Ivan Milev. Nos hemos esforzado en que la exposición contenga muchos elementos interactivos para provocar el interés incluso de los más jóvenes.

Después de finales de septiembre se plantea la posibilidad de donar cada módulo por separado a escuelas que llevan el nombre de la personalidad correspondiente. De esa manera las historias narradas por los billetes búlgaros se convertirían en parte del entorno escolar de la Bulgaria contemporánea.

Versión en español: Ruslana Valtcheva