En los años de la crisis económica fue observada una reducción del número de accidentes y muertes en el trabajo. Sin embargo, en 2013, el Ministerio de Trabajo y Política Social detectó un repunte en la cifra de las “víctimas laborales”. La causa en esta ocasión no es la reactivación de la economía sino el ahorro excesivo a expensas de la vida y la salud de los trabajadores. En menos de un año han sido registrados más de dos mil accidentes laborales mientras que en bajas por hospitalización tras accidentes en el trabajo han sido perdidos más de 101 mil días naturales. Resulta, empero, que los ahorros son nulos y grandes las pérdidas a costa de los empleadores, los trabajadores y el Estado. Al mismo tiempo, los inspectores de trabajo constatan casi 200 mil casos de violación grave de las normas de seguridad en el trabajo en las empresas. Se han descubierto brechas en la seguridad de los equipos de trabajo pero los  más drásticos son los fraudes en el pago de los salarios.

Con motivo del Día Mundial por el Trabajo Decente, celebrado el 7 de octubre, dirigentes sindicales señalaron que los empleadores a menudo duplican el tiempo laboral de sus subalternos sin proporcionarles una remuneración adecuada. Hay lugares donde a los trabajadores incluso se les deniegan vacaciones anuales bajo el pretexto de que falta personal capacitado para reemplazarlos en caso de que se ausenten.

Un ejemplo inquietante de una serie de irregularidades en el proceso laboral y en el pago es la planta de desglose de minas en Gorni Lom (noroeste de Bulgaria), en que los operarios en este sector de riesgo reciben salario mínimo. La poderosa explosión que se produjo allí dejó a 15 trabajadores muertos, tras lo cual todos empezaron a preguntarse quién tiene la culpa y si podía haberse evitado la tragedia. Valentín Ilíev, experto en la esfera de las condiciones laborales seguras y saludables, nos ayuda a orientarnos en la búsqueda de los errores que causan accidentes.

Bulgaria tiene una buena legislación que está totalmente sincronizada con la de la UE – dice Valentín Ilíev –. Las directivas aplicables a Alemania y Francia lo son también a Bulgaria; es otra cuestión la voluntad de nuestro Estado a cumplirlas. Los accidentes son resultado de la situación general formada a lo largo de los años, de  corrupción y negligencia hacia las condiciones de trabajo como cuestiones de menor importancia. Para los empleadores son prioritarias las ganancias de la empresa, por esto optan por ahorrar gastos a expensas de la salud de los trabajadores. Esta es la causa de los graves accidentes. Las cosas no están bien articuladas en la práctica. Estamos girando en un círculo vicioso en que cada uno engaña al siguiente de la cadena. El empleador pretende demostrar ante las autoridades inspectoras que cumplió con la ley; elabora una documentación muy buena pero todo queda en el papel y la preocupación por las condiciones de seguridad termina hasta aquí. En realidad no se da a los trabajadores una formación eficiente, de corte práctica y concreta, según manda la ley. Las instrucciones a los trabajadores se hacen de manera formal, cuando es importante que se hagan todos los días antes de comenzar el trabajo. Es también problema importante que los directivos de todos los niveles, al tomar las decisiones de gestión, no piensan en la salud ni en la seguridad de los ejecutores. Somos testigos de ejemplos drásticos de desconocimiento de principios básicos por parte de los empleadores. Sus colegas de otros países son conscientes de que garantizar buenas condiciones laborales es una buena inversión y que lo gastado en la seguridad se recupera hasta el doble en dinero real. El servicio prestado por empresas de medicina laboral a las compañías que la UE exige a todos los países de la comunidad, ha sido convertido en Bulgaria en comercio y en imitación de esta buena idea. Es mucho mejor trabajar preventivamente, con información y sobre la base de la profilaxis médica. No obstante, hasta el momento nadie se hace eco de nuestros esfuerzos, la atención está centrada principalmente sobre lo que genera ingresos y beneficio rápido. Es el ejemplo de la fábrica en Gorni Lom. Cada trabajador debía desguazar 100 minas al día, lo que sumaba mil por turno. Con la acumulación de la fatiga uno se olvida de las reglas de seguridad. El problema está en la gestión, los contratados no tienen la culpa. Nuestros trabajadores consiguen muy buenos resultados en países como Alemania pero aquí la situación les deprime y ellos no acatan las leyes. La legislación se hace para garantizar la vida y la salud de las personas, y resulta que los trabajadores no son conscientes de que ellos mismos tienen que cuidar de su salud y su vida, concluye el experto.