La ciudad de Stara Zagora es conocida en Bulgaria, además de como la ciudad de los tilos, como la de la cerveza. En esta villa meridional se encuentra una de las más grandes y antiguas fábricas de cerveza del país, que cuenta con un museo muy concurrido por los vecinos y los turistas que visitan la ciudad. El recorrido por los talleres de producción de la cerveza y el visionado de la exposición que sigue la trayectoria de una de las cervezas más populares en Bulgaria, Zagorka, puede convertirse en una experiencia inusual para los amantes de la bebida de color ámbar.
¿Por qué será?
Empecemos por el final de la gira que termina en la sala de degustación con una jarra de cerveza de producción local. Los anfitriones recomiendan fervorosamente probar también su cerveza viva muy agradable al paladar, ya que no se distribuye en el mercado sino que se ofrece sólo en el recinto de la casa. Pero antes de saborea el líquido ambarino que la mente y refresca mareado y detalle le dará a conocer el camino de la industria cervecera en Stara Zagora.
Éste comenzó en 1902, cuando el joven Dr. Konstantín Kozhujárov regresó del extranjero y construyó la primera fábrica de cervecería local, al modelo checo, que llamó Badashtnost, en español futuro. Luego de un fuerte ascenso inicial, empero, la empresa quebró para ser resucitada en 1921 por los hermanos Zlátev, que establecieron la SA Trakia con la participación de accionistas de todo el país. Sus esfuerzos se vieron coronados por un éxito sin precedentes. En cortos plazos la bebida lanzada por los hermanos Zlátev encontró un buen mercado en todo el sur de Bulgaria imponiéndose como una de las marcas más consumadas por los búlgaros, conocidos por regla como amantes apasionados del vino y el aguardiente. Pero las vicisitudes de la historia tomaron cartas en el asunto también en esta ocasión, porque después del final de la Primera Guerra Mundial, la fábrica de cerveza de nuevo cesó su producción y las máquinas y las instalaciones fueron vendidas. El edificio fue convertido en almacén, mientras que los terrenos circundantes fueron sembrados con cereales. Así continuaron las cosas hasta los 50 del siglo XX cuando, en el lugar de las construcciones desmoronadas, el gobierno socialista comenzó a edificar una nueva fábrica bautizándola con el nombre de Zagorka.
Los vecinos de Stara Zagora están de lo más contentos con su adquisición moderna. Desde los primeros meses la cervecería literalmente inunda el mercado con 10 millones de litros de su producción, y en los siguientes años su producción se duplica e incluso triplica. Hoy en día Zagorka forma parte de la familia de la compañía holandesa Heineken y es una de más populares marcas búlgaras de cerveza.
¿Qué más puede conocer el visitante del certificado Museo de la Cerveza, único en su género para Bulgaria?
“Hay escaparates en que se exhiben los objetos personales de algunos de los fundadores de la marca – cuenta Svetla Dimitrova, administradora del museo –. Se puede ver cómo eran antaño las etiquetas y también las botellas. Se conserva la primera botella de la cervecería de la época de Badashtnost, materiales promocionales de los 80, libros de la biblioteca personal de Andrey Brashovánov, el primer maestro cervecero en Bulgaria. Están conservadas también algunas instalaciones antiguas. En el laboratorio donde se hacen las pruebas de todos los productos finales hay una muestra de aparejos. El interés es muy grande. Ya que la exposición está montada en el territorio de una fábrica operante, los días reglamentarios de visita son viernes, sábado y domingo. Vienen no sólo búlgaros sino también turistas del Japón, Inglaterra, EE.UU., Alemania, Holanda, Rusia, etc”.
El museo recibe anualmente más de 2000 turistas. Después de visionar la colección de 130 objetos auténticos y saborear el espumoso líquido, los visitantes se van llevándose un regalo: un simpático vaso corporativo que les recuerde su viaje en el mundo de la cerveza.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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