Cerca de la aldea de Mezek, a 6 kilómetros en dirección sudoeste de Svilengrad y a solo un kilómetro de la frontera con Grecia se yergue una de las fortalezas medievales más emblemáticas de Bulgaria. Fue construida a finales del siglo XI y comienzos del XII, probablemente durante el reinado del emperador bizantino Alejo I Comneno. Hizo de frontera exterior de Bizancio, atacado con frecuencia por el mundo bárbaro que lo rodeaba. Hoy en día este monumento arqueológico atrae a múltiples visitantes deseosos de conocer mejor la historia de Bulgaria. Las murallas de la fortaleza fueron erigidas de piedra de cantera y mortero de cal y arena, y decoradas con tres franjas de ladrillo por el lado exterior. La entrada se halla en la Muralla Occidental. La más vulnerable ante los ataques era la meridional por lo cual la coronan cinco torres de observación y defensa. Hasta comienzos del siglo XX la fortaleza estuvo muy bien conservada, sin embargo, en 1900 resultó gravemente afectada por la insensata práctica de extraer de ella piedras para la construcción de unos cuarteles en la vecina ciudad de Svilengrad. La más deteriorada es la muralla norte de la fortaleza, demolida hasta los cimientos.
En nuestros días, la fortaleza de Mezek es monumento de la cultura y la arquitectura de importancia nacional. En 2009 fue incluida en la lista de los 100 mayores monumentos histórico-culturales del país y, una vez restaurada, no cesa el flujo de visitantes a este interesante sitio.
Siguiendo un proyecto del Ayuntamiento de Svilengrad, a los pies de la muralla de piedra ha sido reconstruido un asentamiento bizantino que muestra las carpas reales, los jinetes, las celdas para los reos, etc. tal y como eran a la sazón. En días festivos la vida en torno a la fortaleza se anima gracias a un grupo de aficionados al arte del Club de Folclor Autóctono de la aldea de Mezek.
“En verano recibimos el mayor número de turistas, inclusive de EE UU, Rusia, Gran Bretaña y otros países, comenta Huben Skerlev, guía turístico del conjunto arquitectónico de Mezek y agrega:
“Esta fortaleza fue construida por los bizantinos con la finalidad de proteger la tierra entre los ríos Arda y Maritsa. De ahí el nombre de la aldea de Mezek, vocablo griego que significa linde o franja entre dos líneas. Desde la fortaleza se pueden ver, a lo largo y ancho, el valle del río Maritsa hasta las primeras colinas de la cordillera Sakar. La fortaleza fue una instalación impresionante para aquella época. Se extendía en casi 7 decáreas, tenía 9 torres y gruesos murallas de piedra. Fue inexpugnable debido a su ubicación. Quien pretendía entrar en la fortaleza desde sus inmediaciones, mientras se acercaba a la entrada principal estaba constantemente bajo el fuego de los soldados y es lo que sucedía con las tropas enemigas. Hasta llegar a la entrada disminuían considerablemente en número. El propio asentamiento se situaba fuera de la muralla y estaba rodeado, a su vez, por otro muro de piedra pero más pequeño. Si los pobladores detectaban algún peligro, entraban en la fortaleza y tras sus muros inexpugnables podían defenderse.
Años más tarde, el pueblo se desplazó a un lado de la fortaleza. En ese lugar había guarniciones militares, por lo cual los arqueólogos no descubrieron huellas de casas o templos aunque se suponía su existencia. Detrás de los muros fueron hallados restos de puntas de lanzas, flechas, herraduras y monedas tártaras de bronce del siglo XII, cerámica medieval, molinos de piedra y muchos objetos más que dan una idea de la forma de vida en las guarniciones de aquel entonces. La fortaleza de Mezek funcionó hasta el siglo XIV, hasta la invasión otomana. Nunca hasta entonces había sido conquistada.
Cuando los osmanlíes invadieron las tierras búlgaras, sus tropas eran más numerosas que las búlgaras y ya utilizaban la pólvora en sus armas de fuego. Conquistaron la fortaleza de Mezek y la habitaron durante algún tiempo, hasta que decidieron utilizar su material de construcción para edificar sus cuarteles en proximidad. Así fue destruida la fortaleza.
En los últimos años se ha hecho mucho por restaurarla y el sitio ya es accesible a los turistas que vienen para sumergirse, sentir y palpar su pasado centenario”, dice en conclusión Huben Skerlev.
Vesrión en español por Raina Petkova y Vesela Petrova
Fotos: wikipedia.org
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