En otra época, el Gran Bosque de los búlgaros o la Magna silva bulgarica, el nombre latín por el que fue conocido en la Antigüedad y el Medioevo este patrimonio naturalnacional, era denso e impenetrable. Era el más grande en el sur de Europa y sus enormes macizos de árboles centenarios cubrían las tierras desde el Mar Negro hasta el Adriático y desde el río Danubio hasta la montaña Ródope. Hoy en día de estos testigos mudos de la historia del país ha quedado apenas un 9 %; y lo que es más triste, precisamente los bosques seculares están sometidos a diversos tipos de tala, realizada, con más frecuencia, con el consentimiento tácito de algunas estructuras estatales.

Los motivos de la tala indiscriminada varían dependiendo de la propiedad y del carácter del área forestal. Algunos se encuentran en propiedades privadas. Según el Ministerio de la Agricultura y la Alimentación, estos territorios son más de dos millones y medio y, en virtud de la ley actual, pueden ser taladas sin plan previo ni programa. Así, en pequeñas partes, pueden ser deforestadas áreas significativas. Tales propiedades forestales pequeñas hay en el noroeste de Bulgaria: desde Veliko Tárnovo, pasando por Lovech y Montana, hasta Vidin. Están amenazadas por deforestación indiscriminada también las tierras agrícolasdominadas por árboles.

Debido al aumento de la demanda en los últimos dos años de tierras agrícolas para pastos, los territorios definidos como agrícolas pero que se han convertido en bosque, empezaron a ser despejados por sus propietarios o arrendatarios. Esto significa tala de la vegetación forestal existente.Se trata de áreas considerables de las que ni siquiera hay estadísticas precisas sobre su volumen. A menudo, la tala que se realiza allí está al margen de las reglas, perotampoco esta sancionada.

Estos desaciertos que crean condiciones para las prácticas corruptas serán eliminados gracias a las enmiendas a la Ley de Bosques propuestas por el Ministerio de la Agricultura y la Alimentación. En palabras del viceministro, Gueorgui Kóstov, están previstos también cambios que atañen la práctica privada de ingeniería forestal y la capacitación de los técnicos forestales.

“Cada forestal, independientemente de si es funcionario estatal, municipal o privado, se registra en un registro – explica el viceministro –. Este registro es bastante liberal, lo cual permite que algunos forestales, que tienen derecho a ejercer esta profesión, abusen. Tenemos forestales registrados, de práctica privada o pública, que expiden más de 350-360 permisos para tala al año. Esto significa que en realidad no han visitado los sitios para los que expiden permisos. Los días del año son insuficientes para tal actividad. Se requiere al menos un día y medio de trabajo sobre el terreno para ver sobre qué base se expide el permiso. Además, los forestales pasarán por cursos de actualización para mejorar su capacitación. También reforzamos su responsabilidad personal por violaciones cometidas enl os sitios para los que expidieron permisos para tala. Esto les obligará a controlar las empresas de los taladores”.

Se prevén cambios, asimismo, en otras leyes, relacionadas con las infracciones, las sanciones y la prevención de las prácticas ilegales en los bosques. Se discute la idea de informatización completa del sistemade aprovechamiento forestal y el transporte de la madera.

“En la práctica, la madera cortada es legalizada de alguna manera – prosigue Gueorgui Kóstov –. Por esto hay que comprobar todo el proceso: desde la expedición del permiso hasta el transporte de la madera. Una de las ideas es introducir boleto electrónico de transporte que no permita la duplicación del mismo transporte. La práctica actual permite abusos como, por ejemplo, teniendo los camiones permiso de realizar un viaje diario, ellos realizan dos y, en la práctica, extraen dosveces más madera quela cantidad permitida. Se está estudiando instalar sistemas de seguimiento por GPS en los vehículos que transportan madera. Se considera, también, montar cámaras en los lugares donde se procesa o almacena la madera”.

Versión en español por Daniela Radíchkova