Stanislav Vangelov y Polly Stoyanova decidieron hace unos años dejar Sofía y mudarse a la ciudad de Chepelare, en los montes Ródope. Tsvetelín Andreev es el fundador y gerente de una empresa de software en Sofía. Los tres se conocieron por casualidad, cuando hace dos años Tsvetelín buscaba una nueva oficina para su empresa. En Chepelare se reunió con Stanislav y Polly, que ya eran autónomos y nómadas digitales. Estos nómadas son profesionales independientes que trabajan desde cualquier parte del mundo.
Su primer proyecto conjunto fue una compañía internacional de pagos móviles con sede en Bulgaria, que cuenta con 40 personas procedentes de Bulgaria, Alemania, Brasil e Irlanda. Hace unos días terminó su otro gran proyecto: un campamento de emprendimiento llamado CoWorkationCamp. El nombre aúna la idea de combinar descanso con inspiración, mientras los participantes trabajan en un proyecto (del inglés “coworking + coliving + inspiration + vacation”, es decir, trabajo en equipo, convivencia, inspiración y vacaciones).
"Este campamento de emprendimiento es una iniciativa que ha tenido lugar en Chepelare durante tres semanas este verano. Proporciona un espacio de trabajo compartido para personas que pueden trabajar a distancia", dice Tsvetelin Andreev. "Hubo más de 100 participantes y puedo decir que despertamos un gran interés. Hay varios factores que motivan a la gente a venir. En primer lugar, así pueden huir del calor en las ciudades. Por otra parte, no quieren interrumpir su ritmo de trabajo y, al mismo tiempo, necesitan diversificar sus vidas diarias. Los participantes del campamento saben que son bienvenidos tanto para trabajar como para divertirse. Hay momentos rigurosamente fijados para el ocio, y el resto del tiempo hay que trabajar duro".
El campamento de emprendimiento se organizó de modo que coincidiera con varios eventos interesantes en la zona: la gran fiesta folclórica de Rozhen, la competición de ciclismo y atletismo “Ruedas de Chepelare” y un concurso de gaitas en el pueblo de Gela.
"Nuestro equipo ha desarrollado más de un centenar de propuestas para el entretenimiento: talleres de artesanía local, cocinar, tejer, tocar la gaita, modelar con arcilla, ciclismo de montaña, desplazarse por cuerdas en trolley, y mucho más".
Según los organizadores, Chepelare es un lugar estupendo para tal tipo de combinación del trabajo con el descanso y las vacaciones, ya que ofrece aire puro, naturaleza única y una escapatoria del calor. En invierno, las instalaciones turísticas permiten practicar esquí, y el desahogo en las pistas es probablemente el mejor incentivo para el trabajo rápido y de calidad.
"Fue una experiencia muy agradable, nos divertimos mucho y nos atendieron estupendamente”, dice uno de los participantes en el campamento, Mark Alexander Krist, de Alemania.
Todor Popov, que trabaja en una de las empresas participantes en el campamento, dijo: "Este es un lugar en el que cualquiera de nosotros puede trabajar sin prejuicios acerca de lo que era desempeñarse en la antigua oficina, o la comunicación que había existido ahí. Por eso trabajamos mucho más concentrados en los problemas que tenemos. Creo que los resultados son muy positivos”.
Después de la clausura del campamento, los tres organizadores ya están buscando nuevos proyectos e ideas de cara a la temporada de otoño e invierno. Porque en cualquier época del año, Chepelare tiene su encanto peculiar, es un entorno adecuado para la cohesión del equipo de trabajo y es capaz de propiciar una organización acertada del tiempo de ocio.
Versión en español por Marta Ros
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