El 8 de septiembre cundió la noticia de que Bulgaria se había negado a autorizar a que aviones militares rusos de carga sobrevolaran rumbo a Siria el espacio aéreo búlgaro del 1 al 24 de septiembre. Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de Bulgaria han precisado que la negativa se basa en la información sobre el objetivo de los vuelos y el tipo de los cargamentos señalados incorrectamente en las peticiones de sobrevolar el espacio aéreo búlgaro. El ministro búlgaro de Defensa, Nikolay Nenchev, reveló que el cargamento a bordo de los aparatos rusos había sido declarado como ayuda humanitaria pero que el Ministerio de Exteriores contaba con información de que se trataba de un tipo de armamento. La negativa provocó reacciones violentas por parte de Moscú, las cuales están presagiando que en las relaciones búlgaro-rusas se van acumulando nuevamente negros nubarrones.
Un representante del Comité para Asuntos Internacionales del Consejo de la Federación de Rusia dijo lamentar que Bulgaria hubiera sido el primer país en ceder a la presión de los EEUU para que los países balcánicos obstaculizaran vuelos de aviones rusos con ayuda humanitaria destinada a Siria. El vicepresidente de la Duma de Rusia aseguró que Moscú sabrá encontrar una respuesta adecuada a la “jugada inamistosa” de Sofía, y el Ministerio de Exteriores de Rusia reclamó una explicación para la negativa.
Negar un corredor aéreo por parte de Bulgaria ya ha tenido precedente en los contactos bilaterales. En junio de1999 Bulgaria no autorizó el acceso de aviones rusos a su espacio aéreo, que Rusia había solicitado para reforzar su presencia en Kosovo. En aquel momento Bulgaria no era todavía país miembro de la OTAN, pero ahora sí lo es y está vigilando atentamente, ya también como miembro de la Alianza Atlántica, los acontecimientos en Siria. Por esta razón, probablemente a Bulgaria no se le escapó que tras haber expresado el pasado sábado el secretario de Estado de Estados Unidos, John Ferry, ante el titular de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, su preocupación ante el supuesto compromiso militar de Rusia en Siria, Lavrov comentó que la parte rusa jamás había ocultado su intención de suministrar equipamiento bélico a las autoridades sirias para su lucha contra los terroristas.
Las dudas sobre información falsificada por parte de Rusia al declarar los cargamentos aéreos, tienen igualmente su precedente. Por tales recelos hace tres años un avión Airbus A320 fue forzado a aterrizar en Turquía cuando volaba de Moscú a Damasco porque se sospechó que transportaba equipos militares rusos. Aquellas sospechas no se confirmaron pero ahora también hay tales.
No está claro si Sofía se va a poner a explicar largo y tendido cuál es el problema, tal y como insiste en ello el Ministerio de Exteriores de Rusia, porque la portavoz del Ministerio de Exteriores de Bulgaria, Betina Zhoteva, ya ha esclarecido que no se ha autorizado el cruce por el espacio aéreo de Bulgaria de aviones militares de transporte rusos debido a fundadas dudas de que el carácter del cargamento no se ajusta al contenido señalado en las declaraciones. La portavoz ha agregado que Bulgaria ha tomado en forma autónoma esta decisión.
Persiste, sin embargo, otro asunto. Si es cierta la afirmación de Moscú de que la negativa de contar con corredor aéreo a través de Bulgaria no tiene gran importancia, ya que Rusia utiliza otras rutas para sus transportaciones aéreas a Siria, ¿por qué entonces ha solicitado este acceso? No hay respuesta a esta pregunta, pero sí existe la sensación de que tal vez la causa verdadera no haya sido la intención de transportar ayuda humanitaria sino, probablemente, otra cosa.
Sean cuales fueran las dudas que el caso está generando, no cabe duda de que los episodios de tirantez en los contactos entre Bulgaria y Rusia ya van cobrando carácter crónico y esto es, realmente, una verdadera lástima, aunque los dos países se encuentren en dos polos políticos opuestos.
Versión en español por Mijail Mijailov
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