Este año se cumplen cien años del natalicio del gran instrumentista folclórico búlgaro Tsvyatko Blagóev. A su aportación al desarrollo del arte interpretativo en Bulgaria será dedicado el concierto de la Orquesta de Música Folclórica de Radio Nacional de Bulgaria. El recital, titulado “La música folclórica es mi vida”, se celebrará esta tarde, 7 de octubre, en el Estudio uno de esta Casa. También será inaugurada una exposición con fotos del afamado intérprete del kaval, la flauta pastoril búlgara, y se proyectará un documental sobre su vida y obra.
Radka Stámenova, hija de Tsvyatko Blagóev, cuenta de su padre lo siguiente:
“Fue el primer instrumentista folclórico nacional que se puso, ya en los años 30 del siglo pasado, ante el micrófono de Radio Sofía (el nombre, en aquel entonces, de la emisora nacional) en sus emisiones en vivo. Se graduó en la especialidad de Pedagogía por la Universidad de Sofía aunque, ya en su adolescencia, tocaba cinco instrumentos: flauta pastoril, gaita, clarinete, caramillo y trompeta. La música folclórica realmente era su vida. Así se titula también el libro que escribió sobre mi padre nuestro eminente folclorista, Mijaíl Bukureshtlíev. Mi padre tocaba con dos de los grupos populares de la época, Bístrishka chetvorka (cuarteto de Bístritza) y Koreñáshkata grupa (el grupo nativo) de Karlo Alíev, y fundó Ugarchínskata grupa (el grupo de Ugarchín) y el Grupo de Tsvyatko Blagóev. Estas formaciones fueron el núcleo de la Orquesta de Música Folclórica de Radio Nacional de Bulgaria, cuando ésta se creó en 1952, y mi padre fue su concertino. Sus interpretaciones sonaban todos los días en la radio. Uno de los mayores méritos de mi padre fue la búsqueda de canciones tradicionales de todo el país, así como el formar músicos que luego pasaban a formar parte de la orquesta. He presenciado muchos de sus conciertos. Aquéllas eran experiencias inolvidables. Recuerdo las grandes salas repletas de público que se ponía de pie para aclamarlo. A su lado ponían diversos instrumentos, que él iba turnando durante sus actuaciones. Estaba dedicado a la música tradicional, a su popularización en el país y en el mundo. Fueron miles sus reuniones con el público, sus registros se conservan en el Archivo sonoro de la Radio y de la Televisión Nacionales de Bulgaria. Estaba convencido de que la buena formación y educación son la base de todo y cuidaba de que mi hermano y yo recibiéramos una y otra. He establecido una fundación con el nombre de mi padre para apoyar a jóvenes talentos en el ámbito de la música folclórica. Además organizaremos seminarios, conferencias, etc”.
Interpretaciones de Tsvyatko Blagóev están incluidas en el álbum Song of the Crooked Dance (canción de la danza tortuosa), en el que la estadounidense Lauren Brody, una instrumentista y profesora de música y canto folclóricos búlgaros, recogió hace cierto tiempo algunos de los registros más antiguos sobre discos de vinilo, producidos a inicios del siglo XX.
“Por primera vez oí hablar de Tsvyatko Blagóev en 1980 – cuenta Lauren Brody –. Un amigo mío, que trabajaba en Radio Nacional de Bulgaria y que coleccionaba vinilos viejos, me habló de su papel como intérprete y líder de conjuntos musicales. En el lejano año 1969 visité por primera vez un ensayo de la Orquesta de Música Folclórica. Entonces conocí a Blagóy, hermano de Tsvyatko, que me impresionó mucho. Estaba tocando el duduk, un instrumento similar a la flauta pastoril. Estudiando el desarrollo de la música tradicional búlgara, me reuní con el propio Tsvyatko Blagóev. Era de una personalidad impresionante pero yo no sabía casi nada sobre su trabajo. Aprecié verdaderamente su gran importancia cuando, en 1990, como becaria de Fulbright, comencé a investigar la historia de la industria del fonógrafo en Bulgaria. Entonces comprendí qué factor importante había sido para la estructuración de la Orquesta y para la escuela de interpretación musical. Él era ya muy mayor pero recordaba algunas cosas de los tiempos pasados y yo grabé sus memorias. Incluso en edad avanzada mantenía su energía y su amor increíble por la música folclórica. Sus interpretaciones eran brillantes y pletóricas de vitalidad. Era un músico increíble, en mi vida he escuchado a otro instrumentista del kaval como él”.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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