¿Es fácil ser granjero en Bulgaria? Con perseverancia e imaginación se puede hacer frente a la avalancha de obstáculos administrativos y a los problemas que inevitablemente golpean a nuestros empresarios medianos. Y, si el negocio es apuntalado por una inversión extranjera, hasta se puede obtener un modesto beneficio. Tal es el caso de Rositsa e Iván Danchev, del pueblo de Dobrodan, en Troyán, propietarios de la primera granja orgánica certificada de leche de vaca de Bulgaria.
Los Danchev cuidan de 110 vacas lecheras, cuya leche venden en las lecherías locales. La familia tiene también tierras de cultivo con prados y pastizales naturales, así como terrenos en los que cultivan forraje para alimentar a los animales. Sin embargo, para desarrollar con éxito su negocio en condiciones económicas complicadas, Iván y Rositsa no apuestan solamente por su espíritu emprendedor y su optimismo innato. Hace tiempo ganaron dos proyectos europeos para la compra de equipos modernos, de modo que su granja cuenta con cortacéspedes, remolques, mezcladores y otra maquinaria agrícola. Al principio los proyectos europeos avanzaban despacio y con dificultad, pero recientemente, como nos hemos acostumbrado a ese tipo de proyectos, hay menos trabas, cuenta Iván esperanzado.
La más reciente adquisición para la granja también llegó a través de un proyecto de financiación extranjera. Se trata de la instalación de un sistema de calefacción por agua, que utiliza energía térmica de enfriar la leche, en combinación con energía solar y compuesto orgánico ecológico. El sistema ha sido desarrollado por científicos búlgaros, y reduce en dos tercios el coste de la factura por electricidad en la granja. El proyecto está apoyado por la mayor organización no gubernamental de Noruega, Norges Vel, y cuenta con el apoyo económico del mecanismo financiero noruego “Innovación para la Industria verde”. Esta es una de las tres granjas piloto del país que tiene este innovador sistema, declaró a Radio Bulgaria Jorunn Tonnesen, de Norges Vel, y añadió:
En el sector lácteo, las condiciones de trabajo y la higiene son muy importantes. Las granjas utilizan ingentes cantidades de agua caliente, pero debido al alto coste de la electricidad en Bulgaria, decidimos que sería mejor recurrir a fuentes de energía renovables. Y eso es precisamente lo que hemos sido capaces de demostrar en esta granja. Aquí se consumen unos 400-500 litros de agua caliente cada día para limpiar equipos y calentar las instalaciones, usando toda el agua caliente que se necesita.
Hace algún tiempo, Iván y Rositsa supieron de esta iniciativa del Gobierno noruego que tiene como objetivo apoyar la industria verde. Decidieron presentar su candidatura y, afortunadamente para los dos, fue aceptada. Respecto a la compra de las instalaciones, la familia Danchev invirtió también recursos propios.
Nuestra inversión conjunta es de aproximadamente 22.000 BGN, es decir unos € 11.000, que dentro de 10 años, si todo va bien, podremos recuperarla. Nos resulta muy conveniente, cuenta Iván. Hay sensores, la temperatura del agua se mantiene a 72 grados para que funcionen los sistemas. Todo es moderno. La producción anual de leche en mi finca es de aproximadamente 530.000 a 550.000 litros. Para 110 vacas no es mucho, pero la forma en que las criamos para satisfacer los requisitos de la producción ecológica tiene limitaciones. Todo cuesta mucho dinero porque se obtiene de manera primitiva. No podemos utilizar herbicidas ni pesticidas. Es complicado mantener las plantas, por ejemplo, el maíz lo segamos 5 veces. Por lo tanto, nuestro rendimiento es más bajo y el coste de producción más alto. Después del procesado de productos lácteos, el vendedor eleva en un 35 % - 40 % el precio de la leche. Esta práctica, sin embargo, nadie la controla.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: Veneta Nikolova
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