Un proyecto que estudia la participación de las personas jóvenes en la política ha incorporado no sólo las observaciones hechas en países europeos, sino también efectuadas en América del Norte. Está siendo elaborado por la Fundación Europea de Estudios Progresivos y de las investigaciones se han encargado sociólogos de una plataforma innovadora: Audience Net.

Parvan Simeonov, director ejecutivo de la Gallup International-Bulgaria confiesa haber sido muy curioso al escudriñar los resultados de sus colegas que son conocidos también para Bulgaria. Resulta que la Generación del Milenio, conocida por Generación Y, la forman personas jóvenes que en el año 2000 tenían edades comprendidas entre los 16 y los 35 años. Esta generación se va distanciando cada vez más de la política y, así, el año pasado la asociación mundial Gallup International editó un libro sobre el tema. Investigadores neerlandeses han demostrado que sólo un tercio de la generación Y declara su interés por participar en el proceso político. A título de comparación cabe señalar que en la generación anterior, la X, tal interés manifestaba un 40 %, mientras que había sido de un 60 % el interés por la política de la generación de posguerra.

Del estudio de los sociólogos de la plataforma Audience Net se desprende que la Generación del Milenio presenta un individualismo acentuado, adicción a los ordenadores, falta de identidad colectiva, en lo cual retrocede de las importantes ideas políticas, y un alejamiento considerable de la política. Esto es válido tanto para los jóvenes de Occidente como para los de Bulgaria: “Cuando se les pregunta si están contentos de su vida, si son optimistas con respecto a su porvenir los jóvenes siempre ostentan niveles altos de entusiasmo. En el proyecto de Audience Net veremos que un 88 % de los encuestados se siente feliz de la vida que tiene, y un 76 % espera un futuro mejor. Al mismo tiempo, sólo un 15 % manifiesta interesarse fuertemente por la política, y un 35 %, dice estar sólo interesado en ella. Los jóvenes no vislumbran una distinción en las alternativas políticas, no se sienten representados políticamente, se pierde el lazo entre ellos y los políticos. Esto está siendo considerado como un problema del grupo de civilización occidental en el que se pierde la relación entre la sociedad y las elites políticas. Los jóvenes no tienen la sensación de estar siendo representados por los políticos y, no por casualidad, señalan muy distintas variantes para que esto cambie. Figuran entre éstas la transparencia y la agilización de trámites electorales, la posibilidad de poder votar en todas partes, hacerlo, sobre todo, por voto electrónico remoto. El tema también está en boga en Bulgaria. Casi un 60 % de los búlgaros jóvenes pretenden que se pueda votar en forma obligatoria y esto ha despertado la sorpresa en nuestros colegas de Occidente, hasta que se supo que el voto obligatorio está de moda en Bulgaria para que así podamos hacer frente a los grupos de electores dependientes y al voto corporativo. En el estudio se ha resaltado que todos los jóvenes insisten en la solución de los problemas relacionados con la Educación, la Sanidad y el Empleo. En los búlgaros destaca un problema que falta en los otros jóvenes. Si los jóvenes de Occidente señalan que la política no es especialmente interesante y que no los representa a ellos, pues en Bulgaria sus coetáneos hacen referencias, cada vez más frecuentes, a la corrupción en la política. Un 77 % de los encuestados está de acuerdo con la aseveración de que en la política hay corrupción. En comparación con otros países europeos, Bulgaria siente una corrupción muy mayor en el poder. Esto significa que en este país concebimos la política como falta de representatividad, aburrida, administrativa pero también injusta. En una parte del estudio aparecen respuestas como “Él cobra mucho dinero, mientras yo cobro poco”. O sea, la política es concebida como una profesión que reporta , profesión en que uno se lucra, incluso en forma ilegal. Esto es lo primero que llama la atención en el contexto búlgaro, a diferencia del contexto occidental. Lo segundo son las minorías. Nos referimos a los gitanos, una vez más desde el punto de vista de la ecuación justo-injusto, desde el punto de vista de una desigualdad ante la ley. Es lo que descuella en el caso búlgaro”.

Versión en español por Mijail Mijailov