“Érase una vez, hace mucho tiempo, en una pequeña ciudad y en las aldeas cercanas, unos niños. Estos niños no tenían ordenadores, no tenían que hacer los deberes de matemáticas, de inglés, etc., pero tenían unos juegos mágicos. Juegos que los hacían reírse, buscarse, pasar juntos todo el día, libres y felices”.
Miglena Guerásimova es autora del proyecto. Se graduó por el colegio bilingüe, con idioma inglés, en su ciudad natal, Sámokov, y después estudió urbanismo. Parece que los estáticos juegos virtuales en que los niños clavan la mirada en los ordenadores y en las tábletas provocaron el interés de la joven urbanista hacia los antiguos juegos al aire libre, cuando sonaban las risas y los chistes de los chavales. Los juegos también son parte de las diversiones en el medio urbano.
“Mi interés hacia el patrimonio cultural no material se gestó mucho antes de mis estudios en la Universidad de Arquitectura, Construcción y Geodesia. Mi especialidad provoca mi interés hacia las personas que crean el entorno urbano y sus predecesores. Para mí era muy interesante que las personas ancianas contaran de juegos que yo conocía desde mi infancia. La financiación del proyecto se realizó en el marco del programa “El patrimonio vivo”, adscrito a la fundación Taller para iniciativas cívicas. Lo ejecutamos en cooperación con el Taller infantil de bellas artes “Zajari Zograf” en Sámokov, donde estudié yo. Lo bueno era que podíamos trabajar con niños de diferentes edades. Con los quinceañeros, recorríamos las aldeas cerca de Sámokov, así como la propia ciudad. Hablamos con las personas de mayor edad, con las cuales pudimos entrar en contacto. Les preguntamos de los juegos de su infancia. Después transmitimos la información a los menores y jugábamos según las descripciones. Lo mejor del proyecto era la continuidad. Además, los mayores aprendieron importantes habilidades, como, por ejemplo, coleccionar información sobre temas concretos, conversar con personas de un entorno diferente al suyo y tratar a los más pequeños”, dice Miglena.
Miglena cuenta cómo los niños acogieron los juegos antiguos que aprendieron gracias al proyecto.
“Los niños no pudieron entender algunos de los juegos. A otros les parecieron familiares e interesantes. Creo que sería bueno incluir algunos de los juegos en los programas pedagógicos de las guarderías infantiles y de la primaria. Los profesores deben conocer los intereses de los niños y darse cuenta de las diferencias históricas y culturales, contarles el contexto en que fueron practicados y ofrecérselos de una manera accesible. Estoy segura de que muchos de los juegos son actuales también hoy en día y lo serán en el futuro. He de decir que este estudio es parte de un proyecto mayor denominado “Retrato de la ciudad de Sámokov y de sus alrededores” que rastreará la vida de las personas que la habitaron en el pasado. Me alegro de que conversemos en vísperas de las bellas fiestas navideñas. Envío mis más sinceros saludos de una espléndida Navidad, repleta de amor, entendimiento, calor. ¡Que el año nuevo sea tranquilo y feliz!”.
Versión еn español por Hristina Taseva
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