Enero era un mes de varios acontecimientos preocupantes que sucedieron en el campo de la bolsa, el petróleo y en el Oriente Próximo. Todos los conflictos mostraron que comienza una fase nueva. Han coincidido en ello los analistas del Instituto de Sociología Ivan Hadzhiiski en su análisis mensual. Ni el nivel de la repartición por cuotas de los migrantes, ni su retención en Turquía, ni su detención y repartición de Grecia son unas soluciones operantes. La Convención de Dublín de Readmisión no se respeta. El Espacio Schengen se encuentra parcial y temporalmente bloqueado “El Año Nuevo en Colonia” resultó un punto crucial para la política alemana respecto a los migrantes. Con la profundización de la crisis migratoria llega el tiempo de los ultimátum, ya que diferentes factores en Europa comenzaron a reclamar cada vez más rápidas resoluciones de Bruselas, se señala en el análisis.

El complicado entorno internacional obliga a los gobernantes búlgaros a hablar cosas nuevas. La política exterior se concentra cada vez más en las manos del primer ministro, Boiko Borisov, quien ya tiene la ambición de expresar opinión propia y de respetar los intereses nacionales.

Todo esto nos hace pensar que Borisov trata de convertir el equilibrio que mantiene en una fisonomía política propia e interés nacional - comenta el politólogo Parvan Simeonov -. Borisov trata de convertir la suerte que tiene Bulgaria, o sea, el hecho de que hasta ahora no le han afectado los grandes problemas de carácter internacional, pues de convertir esta suerte en capital. Bulgaria custodia bien las fronteras europeas hasta el momento. Nuestro país es uno de los pocos previsibles en nuestra región que es bastante inestable. De un modo intuitivo, Borisov se da cuenta de que las ambiciones de Bulgaria deben aumentar y su papel no debe ser el de un país que mantiene el equilibrio, sino que debe aprovechar todo esto al máximo. Es otro tema si Borisov logrará hacerlo. En territorio búlgaro ha dado prueba de sus cualidades de líder y no tanto de sus cualidades de estratega. En territorio europeo, las cosas son diferentes y es mucho más difícil. A estas alturas, observamos solo el desenlace y veremos cómo continuará.

Según el análisis del Instituto Ivan Hadzhiiski, en el espectro político búlgaro se observa una acometida desde la derecha y desde la izquierda. Expertos próximos a la antigua derecha desean lograr mediante maniobras lo que no sucedió mediante la larga “guerra de posiciones” en 2015, que provocó la remodelación parcial de la Constitución. Sube la tensión, se habla intensamente de elecciones anticipadas y ha sido escogido un lema que trae la sensación de algo crítico e irreversible: “¡Basta ya!” Está sometida a prueba la calma política de 2015. Esta se mezcló con los tradicionales para enero ánimos de desasosiego entre la población, el descontento ante el más alto impuesto para uso de las autopistas, la nieve, los casos de violencia, el informe de la CE. Por esto, el nuevo proyecto de derechas ideado por el líder de Demócratas por una Bulgaria Fuerte, Radan Kanev, que todavía forma parte del gobernante Bloque Reformista, fue proclamado como “unión de los de la derecha” en vez de “unión de los ciudadanos contra la oligarquía”.

En lo que a la izquierda se refiere, desde inicios del mandato no ha habido mes de tantas constataciones intensas por parte del Partido Socialista Búlgaro que habla de “un gobierno inestable”, “falta de comportamiento adecuado de la ministra del Interior”, “fracaso del sistema de Educación”, “sanidad pública aniquilada”, “liquidación definitiva de la educación” y “Bulgaria muere”, como culminación.

Parvan Simeonov continúa: El nuevo papel del Partido Socialista Búlgaro y del Movimiento por Derechos y Libertades, ambos de la oposición, es cómodo para el primer ministro Borisov. Él prefiere que precisamente estos dos partidos estén en oposición en vez de Radan Kanev que ataca a Borisov en temas como moral, investigaciones, sistema de justicia. Radan Kanev es una oposición de derecha, es decir, detrás a espaldas del primer ministro. Por esto Borisov está contento de la oposición del Partido Socialista Búlgaro y del Movimiento por Derechos y Libertades, y la próxima moción de censura puede fortalecer la mayoría gobernante que se tambalea entorno a la elección de la ministra de Educación Meglena Kuneva.

El Movimiento por Derechos y Libertades recapacita el viraje a la derecha de su ex líder, Liutvi Mestán, y se muestra como una oposición del GERB.

A causa de las circunstancias, en estos momentos, el Movimiento por Derechos y Libertades se ha concentrado en sí - a juicio de Parvan Simeonov -. A un nivel más profundo, sin embargo, es difícil de soslayarlo, ya que durante la votación a la candidatura de la ministra Kuneva se dejó ver cuán importante es la presencia o la ausencia del Movimiento por Derechos y Libertades de la sala. El Movimiento tiene un ala empresarial y un determinado círculo mediático se las tomó con la señora Kuneva. A un nivel visible, el Movimiento estaba en contra de su candidatura y se comportaba como oposición, pero a un nivel invisible ayudó a la candidatura, ya que parte del grupo parlamentario no entró en la sala plenaria y de este modo el cuórum se redujo. El Movimiento por Derechos y Libertades se puede permitir muchas manifestaciones.

Una parte del Frente Patriótico tiene una autoestima política mayor, mientras que otra parte sigue mostrando un comportamiento político de varias direcciones, defiende al Gobierno, pero amenaza con moción de censura si una empresa turca gana un determinado concurso. Volen Siderov del parido Ataka sigue defendiendo a Rusia y reclamó que sea retomado de inmediato el proyecto South Stream, pero sus acciones están lejos de la atención pública y mediática, se señala en el análisis del Instituto de Sociología Ivan Hadzhiiski. 

Versión en español por Hristina Taseva