Tras reunirse con los ministros búlgaros de Transporte y Exteriores, Ivaylo Moskovski y Daniel Mitov, respectivamente, los transportistas búlgaros amenazaron a Grecia con un contrabloqueo a lo largo de toda la frontera, si hasta el lunes no se reanudara la libre circulación con destino a ese vecino país del sur. Una federación búlgara de las asociaciones del transporte automotor también ha advertido que si no se consigue una solución perdurable del problema, bloqueará, a partir del próximo lunes, las fronteras para la producción agropecuaria griega, incluida, la que es transportada a través de Macedonia. El efecto de esta medida afectaría exclusivamente el gremio de los granjeros que mantienen bloqueado el tránsito por el lado griego. Se señala que habrá bloqueos también por las Pascuas de Resurrección y en el verano, y no sólo para los cargamentos, sino también para las personas. Esto no sólo prolongaría el conflicto en el tiempo, sino que ahondaría sus consecuencias para el turismo en el vecino país en su temporada alta.

Por otra parte, el eventual bloqueo de la transportación de productos agrarios griegos a través de la frontera con Macedonia representaría transferir, parcialmente, a un tercer país, un problema bilateral relacionado con la libre circulación de cargas entre Bulgaria y Grecia .Y esto, en el momento en que ese país, Macedonia, tiene problemas graves en su frontera con Grecia, provocados por el flujo de refugiados. Al internacionalizar su problema con Grecia, endosándolo, aunque parcialmente, a Macedonia, Bulgaria no podrá esperar nada bueno para sus de por sí delicadas relaciones con Macedonia.

En realidad el problema ya se ha internacionalizado porque a comienzos de la semana los ministerios búlgaros de Transporte y de Asuntos Exteriores enviaron sendas notificaciones a todos los países de la UE informando sobre las dificultades en el cruce de los puestos fronterizos entre Bulgaria y Grecia, y sugiriéndoles sopesaran la conveniencia de dirigir a estos puestos fronterizos sus tráficos de personas y cargas. El contencioso fronterizo con Grecia ya ha trascendido el marco bilateral y su solución no admite dilación. Sin embargo, los intentos por zanjarlo aplicando contrabloqueos espontáneos o sanciones de los transportistas por parte búlgara no conducirán a un desenlace a corto plazo. A lo que conducen, sin embargo, es a peticiones infinitas de indemnizaciones por parte griega y a mucho tiempo perdido en causas judiciales. De manera que el camino certero para superar el conflicto antes de que se convierta en una guerra comercial no reside en aplicar sanciones o contra sanciones, sino en encontrar soluciones mutuamente aceptables a nivel de gobiernos antes que a nivel de los transportistas.

Versión en español por Mijail Mijailov