Pulseras forjadas, camisas bordadas, trajes coloridos, bordados y trenzados... la magia de sus colores saca una sonrisa y transporta a otras épocas al visitante que entra en el Museo Etnográfico Nacional. Hasta el 20 de abril sus salas serán talleres de maestros artesanos de Sofía. Hasta entonces ahí se podrán ver demostraciones de bordados, costura de pasamano, confección de encajes, tejido con telar, joyería y cobre. Los visitantes podrán observar producciones artísticas, ver cómo se crean, y si así lo desean, comprar algunas.

En la exposición y los talleres participan varias generaciones de artesanos. Además de creativos son muy elocuentes y hablan de artesanía y tradiciones. Lidia Raeva, miembro de la comunidad de maestros de artesanía tradicional de Sofía, revela los secretos del arte de tejer: 

Vengo de una familia de artesanos. Mi padre y mi maestra de telar se encuentran entre los fundadores de nuestra comunidad de artesanos. Yo trabajo en un telar vertical, me dedico a esto desde hace 33 años y todavía me gusta. Se requiere paciencia, tiempo y amor. La técnica es la misma en lo que se refiere al telar vertical y el horizontal, aunque el vertical se considera algo más artístico. Se trabaja sólo a mano y se puede realizar absolutamente cualquier figura. En Bulgaria hay dos sistemas principales de tejer en un telar vertical: el de la escuela Chíprovtsi y el de la de Kotel. Yo tejo según el primero y utilizo modelos que están pintados. Las alfombras de Chíprovtsi se incluyeron el año pasado en la lista de Patrimonio Material de la UNESCO y esto ha aumentado el interés de los extranjeros en nuestras artesanías.

Lidia ha participado en numerosas exposiciones y festivales y ha enseñado sus conocimientos a algunos alumnos. Se alegra de que en los últimos años haya renacido el interés por las artesanías, especialmente por las alfombras de Chíprovtsi.

Los visitantes que han acudido en el museo van paseando por sus salas, observan, formulan preguntas sobre los símbolos, las flores, la confección, eligen algunas piezas. Para los maestros artesanos es escasa la posibilidad de mostrar personalmente sus obras. Por desgracia los maestros de Sofía carecen de una sede con salas para poder exponer sus obras. Esto les priva a ellos de ingresos fijos, y a los turistas de la posibilidad de comprar productos auténticos, confeccionados a mano, típicos de Bulgaria. ¿Son suficientes los ingresos procedentes de realizar estas artesanías para poder vivir de ello?

Se podría decir que es muy difícil ganar dinero con la artesanía –dice Lidia– . Por eso algunos maestros tienen también otros trabajos. La verdad es que para ejercer sólo la artesanía tienes que poder dedicarte a ello. Debes tener una base, un taller, debes participar en eventos en los que las tasas son elevadas. Con buena voluntad y un buen maestro, sí se puede ganar dinero con ese trabajo. Sucede que en Bulgaria el trabajo manual se valora poco y está mal pagado. A pesar de ello aún tenemos contacto con gente de todo el mundo que aún valora estas cosas. Vienen a vernos e intercambiamos experiencias. 

Mientras Lidia habla sus hábiles dedos recrean patrones mágicos en la alfombra y un pequeño grupo de extranjeros observa maravillado. Tal vez ya es hora de empezar a valorar el trabajo manual y las artesanías búlgaras, y tomarlas no como algo dado, sino como riqueza nacional.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Yoán Kolev