Bulgaria es un país clave en el sistema energético europeo y cuenta con el potencial para estructurar un hub gasístico potente que posibilite el uso de diferentes fuentes de gas, incluidas las de Rusia. Con estas palabras alentadoras Miguel Arias Cañete, comisario europeo para el Clima y la Energía anunciaba hace dos días en Sofía que la CE concede luz verde a la materialización del centro repartidor de gas búlgaro “Balcan”, en las afueras de la ciudad marítima búlgara de Varna. El Gobierno búlgaro viene trabajando en este proyecto desde casi ya un año, movido por la ambición de que Bulgaria se convierta en repartidor de gas para toda la región de los Balcanes. En la rueda de prensa conjunta con Miguel Arias Cañete, el primer ministro de Bulgaria, Boyko Borisov, resaltó también que a este hub gasístico es también bienvenido el gas ruso, siempre y cuando sean respetadas las reglas europeas.
¿Ha sido casual este “guiño “a Moscú?
Actualmente, la demanda búlgara de combustible azul se encuentra cubierta casi por completo por el gas ruso que fluye a través de tuberías que cruzan por la turbulenta Ucrania. Bulgaria recuerda aún el frío invierno de 2009 cuando el día 1 de enero Rusia suspendió por completo los suministros de gas para Ucrania alegando viejas deudas pendientes de pagar por Ucrania, y al día siguiente Kiev cortó el tránsito de gas ruso rumbo a los Balcanes y a Europa. Sobre este telón de fondo, Sofía acogió con entusiasmo el proyecto ruso-italiano del gasoducto South Stream que debería suministrar gas ruso a través de tuberías en el fondo del mar Negro y luego cruzaría por el territorio de Bulgaria contorneando de este modo a Ucrania. En junio de 2014, sin embargo, el Gobierno búlgaro, presionado por Bruselas, renunció a su participación en el citado proyecto, que pasaba así a la historia. La idea de Moscú de crear un trayecto alternativo vía Turquía también sufrió un descalabro tras derribar Turquía un caza ruso en el cielo sobre Siria. A raíz de aquel incidente las relaciones entre los dos países se congelaron al máximo.
La idea para crear en Bulgaria un centro repartidor de gas es excelente pero, ¿de dónde llegará la materia prima?
Los países vecinos carecen de recursos propios sustanciales, y aún no se ha acometido la explotación de yacimientos de gas en las aguas territoriales búlgaras del mar Negro. Todo parece indicar que el proyecto se materializará con dificultad sin el gas ruso y posiblemente este hecho sirva para explicar los “guiños” de Bruselas y Sofía a Moscú. La luz verde para el hub “Balcan” se puede interpretar como una señal para restaurar el malogrado proyecto South Stream o bien como el principio de otro nuevo, South Stream 2. No por casualidad, mientras en Sofía Boyko Borisov y Miguel Arias Canete estaban respondiendo a preguntas de los periodistas, desde Moscú llegó a Bulgaria la noticia sobre la incorporación de ésta, como país de tránsito, a un proyecto de nuevo gasoducto.” Bulgaria es el país por el cual cruzará evidentemente un gasoducto por el fondo del mar Negro desde Rusia rumbo a Grecia y , de ahí a Italia.
Así lo manifestó Yurii Usdhakov, asesor del presidente ruso Vladimir Putin. En febrero del año en curso, la Gazprom rusa, la DEPA griega y la Edison franco-italiana suscribieron un memorando para el diseño de un trayecto meridional para los suministros de gas de Rusia. Esto explica por qué ahora se están desplegando esfuerzos máximos por crear un interconector gasístico entre Bulgaria y Grecia.
En un contexto más amplio, el ordenamiento del puzzle relacionado con las cuitas gasísticas de Rusia y de la UE podría significar un calentamiento de sus contactos tras la tibieza surgida en ellos por la crisis en Ucrania. Por un lado Bruselas se va dando cuenta cada vez más que las sanciones contra Moscú ya se van agotando de su contenido y van perdiendo su razón de ser. Por otro lado, el Kremlin ha entendido que para poder vender y beneficiarse de las exportaciones de gas y crudo al Viejo Continente, deberá respetar antes que nada las reglas de la Unión Europea. De este deshielo de las relaciones entre Bruselas y Moscú Bulgaria podría sacar un importante partido. Es una oportunidad que este país no debe desperdiciar.
Versión en español por Mijail Mijailov
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