El día del referendo sobre la pertenecía de Gran Bretaña a la UE, un sondeo sociológico aseguraba que según un 88 % de los búlgaros la salida del Reino Unido de la UE no les concernía. Según un 66 %, el resultado de la consulta popular no repercutiría en sus vidas, mientras un 11 % vacilaba en su valoración. En las respuestas de los encuestados los sociólogos vislumbraron un bajo grado de conocimiento del tema si bien auguraron que el interés por lo que ocurría en Gran Bretaña se volvería cada vez más sensible. Se notó una agudización de la sensibilidad en los medios políticos en Bulgaria ya en las reacciones frente a los primeros resultados del referéndum. El presidente búlgaro, Rosen Plevneliev, dijo lamentar que una gran potencia, símbolo del libre comercio y de la democracia liberal, haya decidido volverse a aislar en sus fronteras nacionales. Se mostró igualmente preocupado de que hoy los nacionalistas y populistas van triunfando por las calles de Europa pero, al mismo tiempo, mostró seguridad de que la Europa Unida, con o sin Gran Bretaña, seguirá mirando hacia adelante. El primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, cuyo Gabinete había ocupado la posición previa de que la permanencia de Gran Bretaña en la UE era del interés común, comentó tras el desenlace que respetaba la elección de los británicos. A su juicio, el abandono de Gran Bretaña repercutirá en Bulgaria en todos los casos porque la UE se hacía más débil. Según algunos representantes del partido gobernante GERB, la decisión de los británicos de abandonar la UE, servirá de mal ejemplo para el resto de los países miembros, y, según algunos miembros del Bloque Reformista, el riesgo más importante ahora es el de una oleada de referendos posteriores en la UE. El primer ministro, empero, declinó comentar esta hipótesis destacando que si realmente se produjera un efecto dominó, en la UE solo se quedarían Bulgaria, Rumanía y Grecia. A pesar de resaltar que en lo adelante se desarrollará un largo proceso del abandono efectivo de Gran Bretaña de la UE el PSB ha insistido desde ya que en el proceso de las negociaciones en torno a esta salida el gobierno búlgaro defienda rotundamente los intereses de los 250 mil ciudadanos búlgaros que estudian, residen y trabajan en Gran Bretaña. Según los socialistas, la decisión de los británicos debe obligar a la UE y a Europa a que abandonen la burocracia y el formalismo y procedan a la solución efectiva de los problemas de los ciudadanos europeos. Según los nacionalistas del Partido VMRO, Gran Bretaña es la tercera potencia económica en la UE y su salida de ésta golpeará las economías de todos los países miembros. Este partido opina que la UE solo ha de ser una alianza económica y que debe respetar la soberanía de los estados nacionales porque de lo contario también la abandonarán otros países miembros. Desde el Frente Nacional de Salvación de Bulgaria, sin embargo, no vislumbran síntomas para la desintegración de la UE. Este partido político interpreta los resultados del referendo como un auge de las prioridades de las ideas nacionales y del patriotismo y estima que no hay ningún drama en que un país determinado abandone la UE porque es posible que se conserven las relaciones de libre movimiento de personas y de bienes de consumo entre ese país y la UE. En los círculos de los expertos unos definen el Brexit como señal sobre la necesidad de reformas y reinicio de la UE, otros lo señalan como premisa para una nueva relación de fuerzas en las instituciones europeas y otros más como indicio de que hay que cambiar el rumbo de desarrollo en la UE procurando restituir una parte de la soberanía nacional en vez de empeñarse en la plena integración y el aumento del número de países miembros de la UE. Las primeras reacciones al Brexit en Bulgaria, aun siendo todavía incompletas y no definitivas, confirman la constatación de que a diferencia de otros países de la UE en Bulgaria no hay una fuerza política relevante que se identifique por completo con el euroescepticismo.
Versión en español por Hristina Taseva
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