El sector económico búlgaro está prosperando, el PIB crece al ritmo envidiable de un 3 %, el desempleo baja y roza el más que decente 7,5 %, los ingresos de los ciudadanos búlgaros, los más pobres de Europa, también aumentan.
Todo lo anterior no impide que los búlgaros sigan estando todavía descontentos de su nivel de vida, ni es un óbice para que las autoridades se sientan orgullosas y nos hagan recordar que el mérito principal por tal prosperidad corresponde a ellas.
No es tan importante indagar si esto es así o simplemente los negocios se van recuperando en forma natural tras la grave crisis financiera y económica desde 2008 hasta unos pocos meses. Lo que sí es importante es que Bulgaria realmente progresa y se va aproximando cada vez más a los niveles europeos medios por el grado de desarrollo económico y por la calidad de vida. Bulgaria es un país pequeño, de un sector económico igualmente reducido que, sin embargo, se mantiene extraordinariamente abierto a los mercados internacionales. Esto significa que los empresarios nacionales se encuentran muy dependientes de las importaciones y las exportaciones. Dicho en otros términos, los hombres de negocios búlgaros deben producir y ofertar únicamente productos de calidad y a precios tentadores para conservar sus posiciones en el mercado interno y poderlos colocar también en el extranjero.
A estas alturas ya se trata de la competitividad de la pequeña empresa nacional, flexible y adaptativa. De que la misma se ha encarrilado por el camino certero son sendos testimonios no sólo los datos estadísticos sobre el consumo interno, las importaciones y las exportaciones, sino también las cifras de uno de los estudios más prestigiosos sobre la competitividad en el mundo, el Global Competitiveness Report, de Foro Económico Mundial de Davos. De su edición más reciente en 2016 llega un soplo de bastante optimismo y las valoraciones sobre Bulgaria, si no excelentes, sí son muy buenas. En cualquier caso resultan mejores que hasta ahora frente al nivel medio en el mundo. En efecto, Bulgaria va subiendo en la clasificación mundial en nada menos que cuatro peldaños pasando del puesto 54 al 50 entre los 140 países objeto de este informe.
Después del año 2011, Bulgaria ha ido subiendo del puesto 74 para ocupar ahora el 50, informa el Centro para el Desarrollo Económico, socio del Foro Económico Mundial. El puesto, desde luego, no es de un país campeón pero resulta más que satisfactorio para una economía modesta. Además, también en el marco de la desarrollada y rica Unión Europea, Bulgaria se adelanta a varios otros países miembros como Rumanía, Hungría, Eslovenia, Eslovaquia.
Los analistas del Foro Económico Mundial coinciden en destacar que la competitividad creciente del sector económico búlgaro, es decir el mejoramiento de su capacidad de conquistar nuevos mercados, se debe a la preparación tecnológica, la estabilidad macroeconómica, el mercado laboral, el grado de desarrollo de los negocios y el espíritu innovador de los empresarios.
Sin embargo, tampoco se le escapan de la atención a los expertos del Foro Económico Mundial los escollos que frenar e impiden el aumento de la eficiencia de la economía búlgara. De hecho, no señalan nada nuevo ni capaz de sorprender a los observadores internacionales y a las autoridades búlgaras. Persisten como trabas básicas ante los empresarios la incompetencia y la torpeza de las autoridades -que se traducen en sus decisiones de gestión-, la corrupción omnipresente y demoledora, la justicia vacilante e incierta.
Al margen de esto, cabe decir que no faltan premisas para que continúe el ascenso de la productividad y la competitividad. Se trata del acertado espíritu de innovaciones de los empresarios, del Internet excelente que es accesible a cada vez mayor número de empresas y ciudadanos búlgaros, de la instalación en Bulgaria de inversores extranjeros altamente tecnológicos.
Todo parece indicar que los empresarios y las instituciones de Bulgaria ya se han dado cuenta de que en el mundo en globalización sólo caben los países más flexibles, adaptativos y competitivos, capaces de encontrar su puesto bajo el Sol.
Versión en español por Mijail Mijailov
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