Las autoridades de la frontera búlgaro-macedonia detuvieron al “patriota” búlgaro Dinko (que cobró fama con la detención ilegal de inmigrantes) que se había encaminado hacia la vecina Macedonia para restaurar una placa conmemorativa que fue rota por el escandaloso periodista local Milenko. La placa era dedicada a casi 2 mil soldados y oficiales búlgaros que murieron en una batalla contra el ejército serbio en 1916 en la cumbre de Kaimakchalan. Hoy la cumbre se encuentra en territorio macedonio. Militares búlgaros colocaron la placa en mayo pero Milenko la destruyó meses después, el día de la Independencia de Bulgaria, 22 de septiembre. Algunos días después, ante la televisión búlgara Milenko manifestó que si la placa conmemorativa vuelve a ser colocada, él volverá a romperla. Todo esto sucede después del intercambio de reacciones oficiales que ponen al tapete que evidencian discrepancias entre los dos países. 

El Ministerio de Exteriores en Sofía alarmó que después de que Bulgaria lleva años esforzándose por organizar celebraciones conjuntas in memoriam de soldados que perdieron la vida y desea que sus tumbas sean indicadas de un modo decente, en Macedonia continúan los actos vándalos como el último. El primer ministro, Boiko Borisov, insistió ante su homólogo macedonio, Emil Dimitriev, que Skopje interviniera y advirtió que si no hay una reacción los macedonios no podrán contar con el apoyo de Bulgaria, incluso en lo que se refiere a su integración a la UE.

Siguió una respuesta que no se correspondía con las expectativas de Sofía. El Ministerio de Exteriores de Macedonia señaló tajante que la placa conmemorativa en la cumbre de Kaimakchalan en Macedonia había sido colocada allí ilegalmente e incitó a Bulgaria que respete los procedimientos internaciones de colocación de tal tipo de monumentos.

En caso de tales discrepancias a nivel oficial las reacciones no oficiales solamente reproducen la falta de entendimiento mutuo. El Museo Nacional de Historia en Bulgaria comenzó a recaudar donaciones para la restauración del monumento profanado sin interesarse si Macedonia la permitirá, y su director manifestó que llevará ante el Tribunal a Milenko por haber destruido un monumento de la cultura. El club cultural búlgaro de Skopje condenó este acto vándalo calificando a Milenko como un seudoperiodista lunático a quien las autoridades serbias respaldan y les preguntó en virtud de qué acto administrativo el humilde monumento en la cumbre de Kaimakchalan había sido declarado ilegal y en virtud de qué acto administrativo a Milenko le fue dado el derecho a destruir monumentos, sean legales o ilegales. 

El Ministerio de Exteriores califica el caso como sumamente preocupante sobre el telón de fondo de las negociaciones sobre el Tratado de Buena Vecindad que se están manteniendo. Hay fundamento de ello ya que el conflicto es un testimonio de rencor y faltan indicios de que las relaciones entre los dos países vuelvan a la normalidad.

Versión al español por Hristina Taseva