Detrás del imponente edificio del Palacio de Justicia de Sofía se ubica uno de los museos más antiguos de la capital búlgara, el del Ministerio del Interior. Fue establecido en 1908, junto con la fundación de la Policía Municipal. Actualmente, el Museo cuenta con una rica colección de objetos y documentos de valor histórico, e incluso obras de arte. Es visitado principalmente por grupos organizados de niños y escolares, así como por personas interesadas en el pasado Ministerio. Nada más cruza el umbral de entrada, el visitante da con muestras antiguas. Los curadores en esta estructura del Ministerio del Interior se esmeran en actualizarse y presentar al público temas que sean interesantes y vigentes también hoy en día.
Lo que despierta mayor interés entre niños y adultos son los equipos técnicos utilizados por las autoridades policiales nacionales para descubrir delitos, porque la delincuencia ha existido y sigue existiendo. Por eso el Museo del Ministerio del Interior atesora un gran número de curiosos objetos como prueba de que los crímenes no queden impunes. Aquí los visitantes pueden ver, por ejemplo, lo que parecía uno de los primeros polígrafos, de fabricación norteamericana, utilizado por los servicios de inteligencia búlgaros para verificar la veracidad de las afirmaciones de la persona sometida a la prueba. Pepa Vidarkinska, curadora en el Museo, ofrece más información sobre los objetos expuestos en éste:
Constantemente nos visitan personas interesadas especialmente en la actividad criminal. Tal interés representan las herramientas usadas por el ladrón de cajas fuertes de los años 20 y 30 del siglo pasado Spas Doychev. Fue uno de los mejores en este quehacer en aquella época. Él mismo era un personaje bastante pintoresco. También hoy en día despierta la curiosidad ya que tiene seguidores. Mostrando este ejemplo reprobable nuestro objetivo es poner de relieve las cualidades de los agentes de Policía. A fin de cuentas, durante una de sus acciones Doychev murió baleado. Después de su muerte, la sociedad suspiró aliviada debido al temor que le causaba. Al museo viene también gente que quiere ver las planchas y la impresora de dólares falsos del famoso falsificador de los años 30 Tódor Krivnalíev que confeccionaba billetes para el mismísimo Al Capone. En cuanto a los documentos relacionados con el período de la Guerra Fría, éstos han sido entregados a la Comisión para la Desclasificación de los Expedientes Secretos y nosotros no tenemos derecho a tenerlos. Sólo disponemos de fotografías, objetos personales y todo lo que ha sido confiscado por la comisión de delitos criminales, políticos o económicos. Conservamos publicaciones en la prensa con artículos sobre algunos de los crímenes emblemáticos.
Curadores del Museo del Ministerio del Interior suelen ser invitados a menudo como asesores de fabricación de armas y uniformes para personajes cinematográficos de policías de época. Esto no es casual ya que los propios servicios policiales entregan al Museo objetos y efectos salidos de uso.
El museo posee armas que no se usan desde hace mucho tiempo –explica Pepa Vidarkinska– . Disponemos de colecciones enteras de armas y de uniformes policíacos búlgaros, rusos, húngaros, rumanos, franceses, cubanos. En los uniformes, Bulgaria siguió el modelo soviético de la época. El gris y su variedad de tonos era el color más expandido. Teniendo en cuenta cuán dinámica es la profesión policial, la suciedad es apenas visible sobre este color. El objetivo es, por medio del uniforme, imponer también el respeto entre los ciudadanos. El uniforme tiene, en general, una función simbólica; es una manera de destacar el puesto de los oficiales en la jerarquía. En muchos sentidos podemos competir con el Museo del Arte Socialista por mayor número de muestras del período 1944–1989. Esto es comprensible porque un gran número de cosas relacionadas con la Policía búlgara de antes de 1944 fue destruido por razones políticas. Es una auténtica rareza encontrar un uniforme original de los tiempos monárquicos o banderas y condecoraciones del mismo período. No obstante, en nuestro museo se pueden ver muestras maravillosas decoradas con símbolos como un león, una cruz y una corona.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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