Del 19 al 21 de octubre, los habitantes y visitantes de la capital búlgara pueden ir a ver la simpática exposición del joven caricaturista galo, Maxime Brugnon, quien inicia su gira europea por Bulgaria. Maxime nació en la ciudad de Nantes, en el noroeste de Francia, se mantuvo durante algún tiempo tocando la guitarra en un grupo de música rock, pero el dibujo y su predilección por los detalles lo apasionaban ya desde sus años de adolescente. Así comenzó a ir recreando la realidad, no siempre divertida y graciosa, en dibujos humorísticos que, en función del tema se convierten en unos mini tebeos.

Con los años, Maxime Brugnon ha ido acumulando experiencia y ha sentido deseos de conocer a otros países fijándose en sus costumbres y particularidades, medio tristes, medio alegres. Incitado por unos amigos búlgaros, decidió montar su primera exposición en Sofía y a tal efecto se pasó tres meses seguidos acá observando la vida y costumbres de los búlgaros. Ya en el primer día me quedé estupefacto ante la forma en que los búlgaros dicen Sí y NO al menear la cabeza. Yo movía la mía en signo de aprobación a la manera occidental y veía que los nativos fruncían el ceño, señala risueño el joven caricaturista que llega a sorprender al público por sus ocurrencias y hallazgos bastante interesantes.

¿Cómo se gestó la idea para iniciar en Bulgaria los Viajes de Brugnon?

Como búlgaros esto no puede dejar de satisfacernos puesto que Bulgaria sigue siendo escasamente conocida en Francia pese a los esfuerzos de los francófonos búlgaros y de los franceses que trabajan con enorme placer en este país.

Efectivamente, Bulgaria no es un país lo suficientemente conocido en Francia y debo reconocer con franqueza que Bulgaria no fue en un principio el punto de partida para mi gira europea. Resultaron decisivos los amigos búlgaros de una conocida mía, quienes inclinaron la balanza a favor de Sofía. También yo me decía: ¿por qué no empezar por los lugares menos conocidos por mí? Ahora, al cabo de una estancia de tres meses en Bulgaria puedo expresar con sonrisa que no me siento decepcionado ni un ápice con mi decisión. Al contrario, voy dibujando cuanto llega a impresionarme e intento hacer más comprensibles las cosas de la vida. En la muestra exhibo mis dibujos franceses pero también gran número de “sujetos humorísticos” búlgaros que no son necesariamente unas caricaturas virulentas.

¿Cómo elige los temas y los personajes para sus dibujos?

Me inspira todo lo que ocurre en mi vida diaria: gente, paisajes, situaciones estrafalarias o cómicas en que me veo metido. Yo mismo soy el protagonista, quien va manifestando su curiosidad o se va haciendo preguntas con respecto a los aspectos raros y estrafalarios del entorno. Tengo una debilidad especial por los fracasos, infortunios y vicisitudes del destino. Intento borrar de ellos los tintes negros y transformarlos en fuente de risas y chanzas. En este sentido Bulgaria me ha impresionado grandemente y, francamente, me gusta. Ya me pongo a meditar si algún día puede que me asiente en este país. En cuanto a los temas, a pesar de ir en pos del lado divertido de las cosas, no paso por alto tampoco los problemas “serios” que forman parte de nuestra vida. Me refiero al racismo, a la oleada migratoria, a los ataques terroristas en Francia. Estimo, con todo, que el radicalismo no es tan virulento en Bulgaria a diferencia de lo que ocurre con los ánimos en otros países.

Maxime Brugnon montará su próxima exposición en Budapest, donde nuevamente con sonrisa, irá revelando las rarezas de los húngaros.

Versión en español por Mijail Mijailov