El pan es símbolo del hogar, de la caridad, de la paz y aparte de saciar el hambre es capaz de ayudarnos. “Mediante la elaboración del pan creamos una atmósfera acogedora y agradable para las personas”, cuenta Zdrava Vodenicharova, coordinadora de la Red Casas del Pan que organiza en Bulgaria la Terapia con Pan que va cobrando gran popularidad. Las Casas del Pan son unos centros innovadores que se parecen a las casas de cultura, típicas de Bulgaria. Mediante métodos artísticos relacionados con el proceso de amasar el pan o de hacer dulces, se aproximan diferentes grupos de personas de necesidades especiales, con deficiencias o gente que afronta dificultades. Su fundadora es la doctora Nadezhda Savova – Grigorova, antropóloga cultural e investigadora, cuyo interés por las casas de cultura se ha convertido en su inspiración. Suman 8 las Casas del Pan en Bulgaria pero abarcan a personas y a panaderías del mundo entero. Radio Bulgaria presenció una terapia con pan en Sofía que tuvo lugar en la panadería NadEzhko.
Zdrava Vodenicharova cuenta de algunos de sus proyectos exitosos.
Organizamos Bread Building en vez de team building, un servicio para grandes compañías y equipos que amasando pan logran una mejor cooperación. El método principal es el Teatro de las Migajas. Los participantes organizan una función dedicada a un determinado tema y personalmente preparan el pan en todas sus etapas. Cada ingrediente está vinculado con una metáfora de la vida y tratamos de lograr a los participantes que hagan su propia asociación con este ingrediente, por ejemplo, cuando agregamos la sal y el azúcar relacionamos este proceso con los momentos bellos y difíciles de la vida humana. Tenemos un método de orientación profesional destinado a los alumnos y a los universitarios. Cuando amasa el pan, cada uno habla de la carrera que desea tener y da consejos a los demás. Finalmente cada uno elabora una forma de pan que representa la profesión deseada por él. Otros programas son Panaderías sin Fronteras y Panaderos sin Fronteras que ayudan a las personas de diferentes lugares a intercambiar experiencia y recetas. La terapia con pan es nuestro programa más importante y el más popular.
La terapia con pan es gratuita y está destinada a las personas en una situación social desfavorable: personas con distintas deficiencias, víctimas de violencia doméstica, grupos de personas con dependencias, menores privados de cuidados paternos, habitantes de centros de ancianos, refugiados. Este método terapéutico da la oportunidad de desarrollar la imaginación y las habilidades sociales, fomenta el movimiento y la comunicación, y mediante ésta, la integración de grupos de personas en la sociedad.
Trabajamos con tres grupos permanentes de personas con deficiencias y con refugiados. La terapia con pan desarrolla la habilidad motriz fina y logra abarcar todos los sentidos. Tranquiliza a las personas y les ayuda a crear arte mientras elaboran formas del pan. La idea de que ellos mismos preparen pan o dulces navideños es algo muy valioso para ellos, porque con frecuencia oyen que no son capaces de hacerlo y aquí ven que esto es posible y reciben aprobación. Tenemos personas con diferentes deficiencias y voluntarios que les ayudan en el trabajo. La terapia aromática también da muy buenos resultados. Hasta el momento, hemos tenido 6 grupos de refugiados. Hace un mes nos visitaron unas mujeres de Afganistán que eran tan buenas en la elaboración del pan que fuimos nosotros quienes aprendimos algunos detalles de ellas. La idea es que los refugiados abandonen los centros en que están alojados, que se integren en la sociedad y que presenten los panes que se preparan en sus países.
A juicio de los integrantes del proyecto, este tipo de terapia es idónea para cualquiera que desee “meterse a amasar”. Otros de sus proyectos son: “Pan en la oscuridad”, “Música de cocina”, “Matemática y gramática con pan”, “Panaderías de la paz”. Las Casas del Pan también tienen un aspecto social, ya que se contratan personas que afrontan momentos difíciles en sus vidas.
Si prueban el pan asado en alguna de las Casas del Pan verán que es sumamente sabroso, amasado con harina y fermentos puros y posee un aroma irrepetible. Nos trae nostálgicos recuerdos de la niñez, cuando nos enviaban a la tienda para comprar pan y nos comíamos la mitad volviendo a casa. Nos acordamos de las palabras de nuestras abuelas que solían decir: El pan es más sabroso cuando lo compartimos con alguien.
Versión en español de Hristina Taseva
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