La industria del futuro constituirá un entorno sustancialmente novedoso para la interrelación entre personas, objetos y máquinas, el cual creará las llamadas “fábricas inteligentes”. Los analistas definen este hecho como una “cuarta revolución industrial” que se propone promover la digitalización de los productos y los sistemas, y conceder un papel cada vez más importante a la inteligencia artificial.
La UE, que ha ido perdiendo un tanto su poderío industrial, también coloca en primer término la necesidad de que la industria recupere su 20 % del PIB de los diferentes países miembros para que así Europa se vuelva nuevamente atractiva para la inversión en tipos de producción altamente tecnológicos. ¿Cómo puede ocurrir esto? En 2013 tres importantes organizaciones sectoriales germanas -de la electrotecnia y la electrónica-, las construcciones mecánicas y la industria del software-secundadas por el gobierno federal anunciaron el programa “Industria 4.0”. El programa define los nuevos procesos que, de una forma u otra, se desenvuelven en la industria pero que deben ser fomentados y gestionados, explica el Profesor Doctor Rumen Atanasov, miembro del Buró del Consejo para Innovaciones adscrito a la Cámara de Industria y Comercio de Bulgaria y presidente de la Asociación para la Electrotecnia y la Electrónica en Bulgaria. La automatización, la robotización y la digitalización de la industria redundan en una reducción de la parte correspondiente al trabajo humano en la producción. El progreso enorme en las tecnologías de la información y la posibilidad de procesar con rapidez importantes masivos de datos provocará una descentralización cada vez más intensa de la producción y una eficiencia mayor a la hora de crear productos por encargo. Aparecen nuevos modelos de gestión empresarial.
Un número cada vez más importante de empresas se transformarán en suministradoras de tecnologías digitales para la producción. No se trata de software para la contaduría, que esto ya lo tenemos a nuestras espaldas, sino de proveedores de infraestructura y servicios que desarrollan la red de Internet, pronostica Rumen Atanasov. Debemos avisar también sobre los problemas sociales que ya van surgiendo a consecuencia de esta “revolución industrial”. Ésta provocará una reducción paulatina de los puestos de trabajo en la producción material, o sea, la sociedad deberá ofrecer cursos de reciclaje en su mercado laboral. Surge el problema relacionado con el pago de impuestos, cotizaciones, etc. En el Parlamento Europeo ya se encuentra en la orden del día el tema de los robots, concretamente el de cómo las empresas que utilicen robots en el proceso productivo deberán abonar cotizaciones por cada robot, o más bien, por los puestos de trabajo que éste ocupe.
Las novedades en la economía europea pueden resultar una oportunidad para la industria búlgara. Según Rumen Atanasov, Bulgaria debe subirse al tren de la revolución industrial, valiéndose de su excelente red Internet, y debe emplear las capacidades del sector de las Tecnologías de la Información en subvenir a las necesidades de la industria ingenieril nacional. Existe un potencial para ello y lo corroboran los datos, según los cuales, en 2016 las exportaciones búlgaras de productos de la electrotecnia y la electrónica a Alemania han superado, por vez primera, las importaciones. La maquinaria eléctrica ocupa un segmento importante, del 9,7 % en 2016, del total de las exportaciones búlgaras. Las pequeñas empresas en la esfera de las tecnologías y la electrónica cuentan, asimismo, con la oportunidad de inscribirse en el entorno industrial novedoso.
Natalia Alexandrova es representante de una compañía fabricante de aparatos que transforman los equipos de calentamiento en dispositivos “inteligentes”. La compañía lleva tres años en el mercado y en ella se desempeña un equipo joven de 15 búlgaros, entre ingenieros, diseñadores, expertos comerciales y programadores.
Ofrecemos algo que es el futuro y ello nos mueve a ser cada vez más ambiciosos, dice Natalia. Ayudamos a los hogares y a los empresarios a reducir el monto de sus facturas de electricidad gracias a los dispositivos inteligentes que estamos fabricando. Nuestra vida ya ha cambiado relativamente. Llevamos una vida llena de dinamismo, hacemos uso de las tecnologías en nuestro día a día y, en la práctica, se trata de una aplicación más de las mismas.
En el período relativamente corto de vida que lleva en el mercado, esta pequeña compañía búlgara ha logrado instalarse en más de una veintena de países.
El mercado de soluciones “Smart home” es relativamente dinámico, surgen agentes nuevos y esto nos obliga a ser cada vez mejores. Los datos que estamos conservando se guardan en servidores nuestros bien gobernables. La compañía dispone de la respectiva licencia y los dispositivos se ajustan a todos los requisitos planteados por la UE. Creo que esto nos es de utilidad. En este caso concreto, el que seamos un equipo búlgaro o extranjero posiblemente no importe. Lo que sí importa es que las personas jóvenes evolucionen, utilicen las tecnologías modernas y tengan su realización en Bulgaria. Gracias a las tecnologías no sufrimos limitaciones, el mercado es internacional, concluye Natalia Alexandrova.
Versión en español por Mijail Mijailov
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