La Embajada de Chipre en Sofía ha abierto su espacio para una interesante exposición de fotografías y cuadros. El fotógrafo Ventsislav Petrov y el Embajador de Chipre, Su Excelencia el Sr. Stavros Avgoustides, en el papel de artista, se conocieron hace unos tres años. Desde entonces “cazan” historias inspiradoras por toda la capital, creando lienzos conjuntos que reflejan la ciudad tal y como rara vez la percibe la gente que va deprisa. 

Nuestro principal objetivo es mostrar aspectos culturales interesantes y desconocidos de la capital búlgara –explica Ventsislav Petrov– . Esto no es una simple exposición, sino una iniciativa que aún está en proceso de desarrollo, esperemos que a gran escala. La iniciativa Sofía como fragmentos tiene dos objetivos: el primero es exportar la cultura de Bulgaria (se puede ver cuántos Embajadores hay aquí) y el segundo, ayudar a niños necesitados.

Los beneficios de las imágenes están destinados a la Fundación “Para nuestros niños” en apoyo a niños con dificultades de desarrollo. La iniciativa es del Sr. Avgoustides, y la colaboración es un éxito gracias al hecho de que ambos artistas han descubierto la armonía entre forma y color. Al fotógrafo Ventsislav Petrov le gustan los colores en general, pero en este caso aporta la base: fotografías en blanco y negro, sobre las que el Sr. Stavros Avgoustides dibuja para que cobren vida como cuadros.

El Embajador de Chipre ha estudiado Política y Economía, pero siempre ha tenido afición por la Arquitectura. Finalmente se decide por la Diplomacia, pero no la diplomacia cultural, sino la diplomacia para la cultura, y hace lo que está en su mano para promover el arte. En Bulgaria no se siente como un extranjero, pero no ser un nativo le ayuda a percibir cosas que los búlgaros dan por sentadas. En el plano personal, lo que más le inspira es jugar con sus hijos. Por su parte, Ventsislav Petrov, el artista gráfico búlgaro, como un niño ya crecido, adora los aviones. El lugar más impresionante en el que ha estado en el marco de este proyecto es el llamado touch point, o punto de contacto, allí donde el tren de aterrizaje toca tierra en el Aeropuerto de Sofía.

Después de ver un documental sobre María Zábova, conocida como “María de las Campanas”, el fotógrafo y el artista han subido en numerosas ocasiones los 220 escalones que conducen al tejado del templo–monumento San AlejandroNevski, en Sofía, para disfrutar del amor y la pasión con los que esta mujer de 89 años toca las campanas por la mañana y por la noche.

No tardé en llevar a la catedral San Alejandro Nevski a algunos colegas Embajadores, y cuando conocieron a María vieron la fortaleza de espíritu, resistencia y fe que caracterizan a los búlgaros –explica el Embajador de Chipre– . Ella toca las campanas independientemente del viento, la nieve y las bajas temperaturas. Además, también se me ocurrió organizar una campaña para restaurar los frescos de la iglesia.

¿Se conocen lo suficiente búlgaros y chipriotas? El Sr. Avgoustides dice percibir el afecto de los búlgaros:

En Chipre viven cerca de 40.000 búlgaros que tienen sus propias escuelas y su vida organizada –cuenta– . Tuve el honor de acompañar al presidente de la República de Bulgaria, Rumen Radev, durante su visita a Chipre en noviembre de 2017, cuando uno de los motivos del viaje era la inauguración de la calle Vasil Levski, en el municipio de Lakatamia. Ahí sentimos la conexión entre las dos naciones. Búlgaros y chipriotas nos recibieron ataviados con trajes tradicionales y bailaron juntos, ¡fue emocionante! Todos compartimos los mismos valores y estamos hermanados.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Cortesía de la Embajada de la República de Chipre en Bulgaria