La economía búlgara se encuentra en un auge que debería prolongarse al menos en los dos próximos años, indican análisis de observadores internacionales. Existe, sin embargo, una condición provocadora, la de poder conseguir en alguna parte mano de obra para solventar su déficit. Si no fuera por esta escasez amenazadora, hasta ahora el PIB del país tendría un crecimiento en 2000 millones de euros al año, agregan los expertos.

¿Por qué, tras tantos años de un desempleo preocupantemente elevado, se ha llegado al fenómeno inverso? Son varias las causas y en lo concerniente a las medidas tendentes a la solución de los problemas existe unidad de criterios entre los círculos empresariales y las autoridades. Conviene señalar, en primer lugar, la población búlgara que se va reduciendo y envejeciendo continuamente. De los casi 9 millones de habitantes a finales del siglo pasado, hoy el número de los habitantes del país amenaza con situarse por debajo de los 7 millones. El “mérito” principal por la crisis demográfica corresponde a la baja natalidad, la alta tasa de mortalidad y la emigración. A fin de cuentas, la población de Bulgaria se reduce, cada año, en unas 50 mil almas, cifra igual al número de los habitantes de una ciudad búlgara mediana. Las personas de la tercera edad, fuera de la edad activa, ascienden a más de 2 millones y no participan en la creación del PIB, sino sólo consumen lo que haya producido el resto de 3 millones de búlgaros que trabajan. Además, cada año más de 20 000 personas abandonan Bulgaria en pos de trabajo o formación en el extranjero y muchas de ellas se suman a los 750 mil búlgaros que se han asentado perdurablemente en el extranjero y, de momento, no tienen ni la más mínima intención de retornar definitivamente a la patria.

El Ejecutivo tiene diseñados tres grupos básicos de soluciones para superar el déficit de capital humano y estas medidas están siendo aprobadas por los empresarios nacionales. Se trata de esforzarse por incorporar al mercado de la mano de obra a 200 000 búlgaros que forman el grupo de los ninis, o sea, que ni estudian ni trabajan. La segunda medida concierne a los búlgaros en el extranjero a los que se les cortejará para que regresen a la patria. La última medida con vistas a superar la crisis consiste en los esfuerzos por atraer a mano de obra de países extranjeros.

Puede que las medidas del Gobierno estén efectivamente aprobadas por los empresarios pero ello no es óbice para que éstos se mantengan escépticos y no abriguen expectativas especiales en cuanto a su eficiencia. Hay más y es que las medidas trazadas por el Ejecutivo tienen, ante todo, carácter bastante general y se insertan en una perspectiva a más largo plazo, en tanto que los círculos empresariales no dejan de afrontar a diario la necesidad de encontrarle solución al problema causado por el déficit de fuerza laboral. En un país en el que el salario medio mensual es de un poco más de 500 euros, atraer a trabajadores y empleados motivados y competentes no es tarea fácil sobre el telón de fondo del mercado laboral libre, accesible e inmenso de la UE, en el cual cada búlgaro que lo desee puede conseguir una colocación laboral y cobrar un sueldo muy superior al percibido en Bulgaria. Es que cualquier persona tiene bien claro que el monto de la remuneración es el factor que reviste importancia decisiva a la hora de buscar un empleo. Hay, igualmente, otra cosa por la cual la solución de la tarea se vuelve aún más ardua en Bulgaria. Es que el déficit de mano de obra es general y no afecta únicamente aislados sectores económicos ni determinadas profesiones y niveles de capacitación. En algunas regiones de Bulgaria la escasez de cuadros no es tan aguda pero a nivel nacional el déficit es un hecho palmario. Hay demanda tanto de cuadros de alta capacitación y habilidades profesionales como también de trabajadores sin competencias ni nivel educacional especiales. Se ha llegado incluso al hecho de que la Asociación Búlgara de Criadores de Ovejas y de Cabras haya anunciado la existencia de una demanda de mil pastores de terceros países, con sueldos mensuales de 350 a 700 euros más atractivas primas.

La escasez de capital humano en el mercado de la mano de obra en Bulgaria no podrá ser superada con facilidad ni rápidamente. Es que la educación en Bulgaria dista mucho de las exigencias del empresariado y en ella se van formando trabajadores y empleados futuros que, o bien, adquieren profesiones innecesarias, o bien, llegan a tener una cualificación deficiente y carecen de habilidades profesionales prácticas.

Resulta obvio que de los tres escenarios para zanjar el problema, adoptados por las autoridades, se deberá hacer cierta combinación y a los esfuerzos por superar la crisis se habrán de sumar asimismo otras instituciones y administraciones públicas y sociales. Se ha lanzado incluso la idea de confeccionar un Convenio Internacional de Sofía sobre la crisis demográfica.

Versión en español por Mijail Mijailov