La semana pasada Bulgaria fue sacada de la “lista negra” de la UE, relativa a los países de excesivos desequilibrios económicos, mientras el Banco Nacional de Bulgaria anunciaba datos preliminares sobre el aumento del PIB en 2017.
El primer suceso es obviamente positivo, y el segundo sólo aclara cómo y por qué Bulgaria ha sido sacada de la lista en cuestión. Se han confirmado los pronósticos del Ministerio de Hacienda sobre el crecimiento del PIB en 2017, el cual, según los cálculos del Banco Nacional ha alcanzado el 4 %, a pesar de la ligera desaceleración de hasta un 3,6 %, registrada por el Instituto Nacional de Estadística en el último trimestre de 2017. Cabe recordar a estas alturas que el Ejecutivo esperaba, preliminarmente, un crecimiento del 3,9 % al 4 %, mientas que el FMI y la CE preveían un 3,8 %.
Bulgaria quedaba incorporada a la lista de la UE de países de excesivos desbarajustes macroeconómicos hace 3 años en la época de la crisis financiera provocada por la quiebra del Banco Comercial Corporativo, cuarta entidad bancaria más importante en Bulgaria. Desde aquel momento hasta la fecha ha corrido mucha agua bajo el puente y gran número de cosas han ido cambiando en los ámbitos económico y político. Ha correspondido un papel notable en la colocación del país en el grupo superior de la clasificación de la UE −la de países de desequilibrios económicos al lado de Francia y Portugal− el auge que ha ido registrando la economía búlgara desde aquel momento.
Los expertos de la CE consideran, en uno de los análisis económicos profesionales más sobrios de los países de la UE, que Bulgaria ha logrado superar las deficiencias y desequilibrios en la supervisión financiera bancaria y no bancaria, que ha adoptado medidas para gestionar el riesgo en la banca y que existe un mejoramiento de la situación en el mercado laboral. Y, lógicamente, señalan que aún queda mucho por hacer para que Bulgaria sea incluida en la lista “blanca” de los alumnos más aventajados, o sea, de los países sin desequilibrios económicos algunos.
Quedan inconclusas algunas reformas en el sector financiero, en el mercado de la mano de obra, en la esfera del endeudamiento empresarial, la legislación relativa a las quiebras, en la Educación, etc. No obstante, no es poco lo que se ha hecho en tres años. Esto es una baza complementaria en manos de Sofía que planea cursar, a mediados del año en curso, su solicitud de adhesión a la Eurozona en la que se es muy exigente con respecto a la estabilidad económica. Esto es asimismo otro argumento convincente a favor de los esfuerzos de Bulgaria por atraer un número mayor de inversiones extranjeras, las cuales últimamente, se han reducido acentuadamente.
Sobre el telón de fondo de estas evoluciones positivas aparecen como igualmente halagüeños para los gobernantes los pronósticos sobre el crecimiento económico en 2018. Los expertos estiman que el año en curso representará el apogeo del ciclo económico en Bulgaria y que el PIB crecerá un 4 %, aproximadamente, porcentaje que el Banco Nacional de Bulgaria eleva a hasta un 4,2 %. Lo anterior por su parte es una oportunidad efectiva para ir borrando el resto de desequilibrios económicos y allanando el camino del país hacia el grupo de países sin ninguna clase de desequilibrios. Desde luego, no todo anda perfectamente y esto es válido, en sumo grado, en lo tocante a la convergencia, es decir en poder alcanzar el nivel de vida logrado en la porción más desarrollada de Europa, lo que es condición sine qua non para acceder a la Eurozona. El avance en este sentido sigue siendo lento y la brecha en los ingresos es todavía enorme: el PIB per cápita en Bulgaria es de 6500 euros, de 28 000 euros −como media europea− y de100 000 euros, en Luxemburgo. A esto hay que agregar también la disparidad en el desarrollo regional entre la próspera capital búlgara Sofía y varias ciudades más, por un lado, y una de las regiones más pobres en toda la UE, por el otro.
Los expertos de la CE consideran, empero, que los resultados económicos ciertamente positivos, logrados por el país forman un terreno propicio para la superación paulatina del atraso y la materialización de reformas más profundas en el sector financiero y en la política de empleo, esferas ambas en estado insatisfactorio.
Los terrenos principales en los que se espera también un progreso son la Educación, la Sanidad y la implementación de un mecanismo transparente para la fijación del SMI. En estas esferas también se observan oportunidades buenas sobre el telón de fondo de la estabilidad financiera, inamovible en los últimos años.
En relación con las expectativas optimistas sobre el crecimiento económico en 2018 en Bulgaria, sería bueno atender a la recomendación formulada por Christine Lagarde, directora ejecutiva del FMI, quien dice que: Cuando hace sol, eso tiene que aprovecharlo uno para reparar el tejado de su casa. Es que realmente es más fácil ponerse a solventar problemas cuando existen condiciones favorables para ello. Tal es precisamente el caso de los desequilibrios económicos que aún persisten y de la favorable coyuntura económica actual en Bulgaria.
Versión en español por Mijail Mijailov
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