Al leer un libro nos sumimos en el ambiente que rodea a los protagonistas, nos hacemos partícipes de sus deseos y sentimientos, nos dibujamos el cuadro de lo que está ocurriendo y, aparentemente, nos empapamos de los aromas del ambiente. Resulta, sin embargo, que uno es capaz de husmear, de hecho, la fragancia de su protagonista predilecto en una novela, gracias a las fragancias embriagadoras de las velas que fabrica Nina Alexandrova.

Esta mujer joven se ha graduado en la carrera de Finanzas y Banca, y se ha desempeñado como banquera. Sin embargo, no ha tardado mucho en darse cuenta de que aquel trabajo no era su vocación. En su afán de ocuparse de algo más creativo y buscando la forma de convertir su hobby −leer libros− en una profesión, un hallazgo casual le dio un vuelco a 180 grados a su vida.

Sucedió que tras leer un libro de la serie “Una corte de rosas y espinas” de Sarah J.Maas, me topé por mera casualidad en un sitio electrónico de Occidente, con una “vela de papel” de un protagonista de ese libro y entonces me gustó mucho la propia idea, ya que así uno sería capaz de llevar calor y ambiente acogedor a su hogar y, al mismo tiempo, ese objeto le podría recordar a uno el libro que había leído o al protagonista del que se había enamorado. Me puse luego a indagar para ver si había algo parecido en Bulgaria, y resultó que no se podían conseguir tales velas en este país. Y, encima, mucha de la gente lectora ni siquiera estaba enterada de que existiera semejante cosa. Fue entonces cuando me dije que era justamente aquélla la cosa que podía convertir en profesión mía.

Nina abordó con seriedad la manufactura de velas estudiando detenidamente el proceso de elaboración e incluso se matriculó en cursos especializados. Al comienzo no hacía velas, sino para sí misma y sus familiares, pero después resolvió ensayar si un tal producto podía gustarles a los lectores búlgaros. Resultó que existía un interés extraordinario y así vieron la luz las primeras velas búlgaras destinadas a los admiradores auténticos de la literatura, “con fragancia de libros”.

La primera vela que Nina elaboró y la que tiene la mayor demanda, incluso hasta hoy en día, es la de Risando de “Una corte de rosas y espinas”, con fragancia de océano y cítricos. Hasta ahora han recibido su aroma más de 200 protagonistas y libros, entre ellos Pippi Calzaslargas, El principito, Jay Gatsby, y los aromas más pretendidos son los de los protagonistas de la serie “Harry Potter “ de Joanne Rowling, “El señor de los anillos”, de John Talkien, “Una corte de rosas y espinas” y “El trono de cristal” de Sarah J.Maas. Nina ha elaborado fragancias para Elizabeth Bennett de “Orgullo y Prejuicio”, para Iván Shatov de Dostoyevski, “El Maestro y Margarita” de Mijail Bulgákov, los personajes centrales en “Lo que el viento se llevó”, entre muchos otros. ¿Cuál ha sido, sin embargo, el protagonista que más dificultades le ha creado a Nina Alexandrova?

El personaje más difícil es, de hecho, un libro. La vela no es del protagonista en sí, sino del libro “La chispa de la vida” de Erich María Remarque. La dificultad provenía básicamente por el hecho de que se trata de un libro sumamente crudo, basado en un caso verdadero de la II Guerra Mundial y, simplemente resultaba un extraordinario desafío vestirlo en un aroma. No obstante, a la postre me salió algo óptimo, el aroma no es dulzón, sino que emana cierta frialdad. Mezclé en su elaboración una serie de fragancias: de anís, lavanda, pino, menta silvestre.

¿Cómo transcurre, de hecho, el proceso de manufactura de una vela con fragancia a libro?

Se comienza por definir los aromas del respectivo protagonista. Esto es lo más específico, ya que mezclo fragancias muy diversas capaces de expresar, a mi juicio, la esencia del personaje. Las características de la apariencia de éste las empleo, por ejemplo, en elaborar el diseño de la vela, elegir su color, diseñar la etiqueta. Tras definir los aromas, procedo a elaborar la vela: derrito la cera, agrego un colorante, incorporo las fragancias, lo vierto todo en los pomos y luego hago la etiqueta.

En su trabajo Nina utiliza estearina y cera de palma, sustancias ambas completamente inocuas, sin toxicidad alguna y de combustión limpia. Utiliza asimismo más de medio centenar de aromas distintos que suele mezclar guiada por su intuición y procurando hacer la combinación más acertada de un aroma con otro. Hacer algo con cariño siempre es reconfortante y le recompensa a uno.

Muchas personas suelen decirme que lo que hago es vender felicidad, dice Nina y agrega: Diría que también les proporciono calor y refuerzo el ambiente acogedor de sus hogares.

Versión en español por Mijail Mijailov