Los chicos y chicas de las familias más respetadas de la Bulgaria post- liberación se presentaban por primera vez en sociedad en una elegante soirée. Al son de valses y mazurcas (un tipo de bailes de salón) interpretados por una orquesta, los jóvenes se despedían oficialmente de la vida escolar y entraban en un mundo de nuevas responsabilidades y relaciones.

Para recordar los 140 años de historia de los bailes de graduación en Bulgaria, el Museo de Historia de la ciudad de Tervel organiza un desfile retro que mostrará trajes de dicha velada festiva de varias generaciones de jóvenes. Estudiantes de secundaria interpretarán el papel de modelos, y la variedad de sus vestidos y accesorios quedará completamente en manos de la gente de la ciudad. El único traje del fondo del museo es un atuendo urbano de color beige de principios del siglo pasado, que incluye un corsé, una falda larga y una chaqueta, además de un sombrero de alas anchas. Por eso se espera que los ex graduados revisen sus armarios y aporten sus viejos trajes de graduación  para el espectáculo, que tendrá lugar el 18 de mayo, la Noche de los Museos.

La tradición de los bailes de graduación data de poco después de la Liberación de Bulgaria, con la idea de que los chicos y chicas se presentaran en sociedad y mostraran lo que habían aprendido, los modales que tienen y que crearan contactos, explica Gueorgui Zhelev, curador del Museo de Historia de Tervel. Al principio a los bailes de graduación iban los ricos, pero gradualmente se fue estableciendo la tradición también entre personas de nivel socioeconómico más modesto. Los primeros años, las chicas lucían vestidos largos y grandes sombreros de ala ancha, mientras que la moda de los chicos imponía trajes elegantes y bastón o paraguas como accesorio imprescindible. Ellas, por su parte, usaban normalmente una pequeña sombrilla y un bolso como complementos. Sin embargo, con el tiempo esos accesorios fueron desapareciendo, y actualmente, los graduados lucen relojes caros y coches relucientes. En una época, los jóvenes iban al baile de graduación en carruaje o a pie, y también paseaban por el parque de la ciudad u otros lugares públicos para ser vistos.

Los paseos por el parque y el esfuerzo de los jóvenes por causar una buena primera impresión a los ciudadanos respetables continuaron vigentes en la época romántica de después de la Liberación. En la época socialista, sin embargo, ese elemento social se perdió y los graduados empezaron a tomarse el baile de graduación  simplemente como un evento en el que se reunían por última vez con sus compañeros y profesores.



A veces los recién graduados también interpretaban serenatas bajo las ventanas de sus profesores favoritos, generalmente con acompañamiento de la guitarra. En nuestra ciudad era una tradición que los graduados dieran serenatas frente a la casa de su tutor, tocando sus canciones favoritas y la imprescindible "Al maestro con amor". Pero cada vez hay menos respeto por los maestros y la tradición se ha ido perdiendo, dice Gueorgui Zhelev. Desafortunadamente, en la actualidad imperan los atuendos y las joyas caras, los coches potentes y los regalos caros, que van alejando los bailes de graduación de su sentido original y convirtiéndolos en una demostración de capacidad económica y, a menudo, de mal gusto.

El único elemento que se conserva hoy en día es que los graduados se reúnen en el patio de la escuela y luego van al lugar donde tendrá lugar la fiesta, añade el curador. De no ser por eso, ya no quedaría nada de la vieja tradición: antes era costumbre que los estudiantes fueran andando al restaurante, mientras que ahora los vemos por televisión asomándose a las ventanas de los coches. Pero la realidad es que no importa lo que te pongas ni en qué coche vayas, sino lo que pase al día siguiente, y si tienes claro qué quieres lograr en tu vida.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Archivo