La casa tiene una historia interesante y forma parte de un complejo museístico, declarado monumento de la cultura –dijo a Radio Bulgaria Asya Nikólova, directora del museo– . Estudios realizados por el pintor Prof. Jaralampi Tachev comprueban que la familia de Botev ha residido en dos viviendas. Hristo Botev nació en el edificio de la escuela antigua situada en proximidad de la iglesia de la Santa Virgen. Los miembros del comité de restauración de la casa familiar de Botev consideraron que el lugar no era apropiado para la construcción de un museo y decidieron reparar la morada donde vivió más tiempo llamándola su hogar. Se trata de una casa hereditaria de la madre del revolucionario, Ivanka Stáykova Dryánkova. Su apertura oficial como museo tuvo lugar el 2 de junio de 1944 y desde entonces no ha cerrado sus puertas. Lamentablemente, han quedado muy pocas pertenencias de la familia. En el interior de la casa están expuestas la rueca en la que la madre, Ivanka, hilaba, y también una máquina de coser, que le habían regalado.



En ella cosía “a extraños” para mantener a la familia a causa de la enfermedad de su marido y su viudez prematura. Hoy en día, por medio de materiales etnográficos se recrea el entorno familiar en el que se crió Botev.

El 2 de junio de 1926, cuando Kalófer conmemoraba el 50 aniversario de la muerte del vate revolucionario, fue inaugurado el llamado Jardín de Botev, creado en el patio que el Gen. Kíril Botev, hermano de Hristo, donó a los habitantes de la población. Su voluntad era que fuera formado un hermoso parque con un monumento a su hermano. Fue en aquel entonces cuando se colocó la primera placa, al margen del complejo memorial actual. En ella estaban escritas las fechas del nacimiento y de la muerte del poeta (6 de enero de 1848 – 2 de junio de 1876). De esta manera, se inició la construcción del complejo museístico.

El espíritu libertario, la fervorosa defensa de la justicia y el sacrificio marcaron la vida tanto de Hristo Botev como la de su hermano. El Gen. Kíril Botev participó en tres guerras: la Guerra Serbo–Búlgara (14–28 de noviembre de 1885) y las dos Guerras Balcánicas (de 1912 a 1913), y toda su vida, antes y después de la Liberación de Bulgaria, la dedicó a la causa de proteger al pueblo y la patria. Personalidades como Hristo Botev y su hermano el Gen. Kíril Botev son un ejemplo inspirador para los jóvenes búlgaros de hoy. Aunque a menudo solemos dar la libertad por sentado, deberíamos estar conscientes de su valor y de los sacrificios hechos por nuestros antepasados.

Versión en español de Daniela Radíchkova
Fotos: muzeibotev.com