A los cuatro meses de la Liberación de Bulgaria del dominio otomano en 1878 y de la firma del Tratado de Paz de San Stefano, el Congreso de Berlín de junio a julio de aquel mismo año deshacía las esperanzas de los búlgaros de establecer un Estado independiente en el marco de sus fronteras étnicas. En el congreso, las Grandes Potencias sometían a revisión el Tratado de San Stefano e imponían la fragmentación del país. Se creaba, al Norte de la Cordillera de los Balkanes, un principado autónomo: el Principado de Bulgaria con centro en Sofía; el sur del país, llamado Rumelia Oriental con cabecera Plovdiv, pasaba en jurisdicción política y militar del sultán, gozando únicamente de autonomía administrativa, mientras que Macedonia, la Tracia del Egeo y las regiones de las montañas Ródope y Strandzha se restituían al Imperio Otomano.
La noticia del desglose de la llamada Bulgaria de San Stefano no fue aceptada por la población de Rumelia Oriental, que se oponía al estacionamiento de tropas otomanas en la región e insistía en que en el Ejército y las fuerzas de seguridad sirvieran búlgaros. Pese a haber conseguido concesiones por parte del sultán, los búlgaros que permanecían en los términos de Rumelia Oriental continuaban trabajando por la unión con el Principado consiguiendo poco a poco atraer a la causa altos oficiales del Ejército y la Guardia Civil. Así, en la noche del 5 al 6 de septiembre de 1885, las tropas al frente con el mayor Danail Nikolaev, conjuntamente con las fuerzas unionistas tomaban el control de Plovdiv e instaban al príncipe búlgaro Alejandro I de Battenberg que apoyara sus acciones por la unificación de los dos territorios búlgaros. Dos días después, el 8 de septiembre, Battenberg emitía declaración por la que se proclamaba “príncipe de la Bulgaria del Norte y del Sur”.
Hoy día, Plovdiv recuerda los días gloriosos de la Unificación con una exposición permanente, que forma parte de los fondos del Museo Regional de Historia de la ciudad.
La muestra se encuentra montada en un edificio construido para ser sede del Parlamento de Rumelia Oriental. Sin embargo, el inmueble no llegó a ser utilizado para los fines a los que estaba destinado, ya que se terminó de edificar un mes después de aquellos sucesos memorables. Stefan Shivachev, director del Museo, se refiere a ese edificio y los artefactos almacenados en él:
La idea de este edificio surgió en 1879, tan pronto como el Parlamento de Rumelia Oriental se ubicó en lo que anteriormente había sido un baño turco. El arquitecto italiano Pietro Montani consiguió transformarlo en una sala de reuniones de la Asamblea Regional. No fue hasta 1884 que Rumelia Oriental tuvo la oportunidad financiera de asignar recursos para la construcción de un inmueble especial donde sesionaran la Asamblea y el Gobierno. Fue edificado en el sitio del calcinado konak turco, hogar de la milicia rumeliana. Pietro Montani había estado trabajando para el sultán en Estambul, y en 1879 lo invitaron a ocupar el cargo de arquitecto jefe de Rumelia Oriental.
La búsqueda de evidencias históricas relacionadas con la Unificación le ha costado al personal del Museo más de 50 años, pero, a fecha de hoy, los fondos del mismo guardan cientos de artefactos de aquel período de la historia de Bulgaria.
Entre ellos, cabe destacar la colección de sellos que poseemos, incluidos los del Gobierno provisional de Rumelia Oriental, formado el 6 de septiembre −dice Stefan Shivachev− .
También exponemos el sello personal del destacado revolucionario, político y publicista Zajari Stoyanov, quien tuvo un papel importante para la Unificación del país como fundador y líder del Comité Revolucionario Central Secreto Búlgaro. Algunos de los objetos más valiosos que exhibimos están relacionados con él. Murió muy joven en 1889 mientras era presidente de la Asamblea Nacional, y sólo un reducido número de pertenencias suyas han quedado conservadas.
También dedicamos especial atención a los estandartes de los diversos destacamentos revolucionarios involucrados en la Unificación. La colección de armas también suscita gran interés. Muestra el carácter nacional del movimiento unionista y de este acto.
La unificación de los territorios búlgaros agrupó a personas de todos los estratos sociales, porque toda la sociedad búlgara se había identificado con esta idea, que prosperó debido a que con anterioridad se había producido en las almas y en los corazones de todos los búlgaros, como decía Iván Vazov, patriarca de la literatura nacional y contemporáneo de aquellos acontecimientos.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: historymuseumplovdiv.org
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