La industrialización y la urbanización que avanzan a marcha forzada son indicadores objetivos del desarrollo de una ciudad o país. Sin embargo, los beneficios que vienen con ellos también tienen su lado negativo que supuestamente no tenemos la fuerza de combatir o tal vez estamos más bien inclinados a dejar que alguien lo haga por nosotros. Un ejemplo significativo es nuestra actitud hacia los residuos que tiramos todos los días, sin ni siquiera pensar que algunos de ellos pueden ser reciclados.

Consciente de que poner freno al consumo excesivo es una misión imposible (o casi), el escultor Lyubomir Mishonov llama la atención sobre el uso más racional de los productos que la gente compra. Lo hace de una manera no tradicional, creando una copia de la famosa Estatua de la Libertad a partir de envases de plástico. A diferencia de la estatua original en Nueva York cuyas cadenas rotas simbolizan la abolición de la esclavitud, las de su copia en Sofía dan testimonio de nuestra ruptura con la realidad. Las diferencias no acaban ahí; en lugar de antorcha, signo del progreso de la sociedad, la estatua de Mishonov sostiene en la mano un teléfono móvil, y la Constitución de EE. UU. está sustituida por una placa con la inscripción Viernes negro. La obra, titulada “Estatua del gran consumo”, se ubica en la azotea de un centro juvenil y suscita un gran interés y discusiones entre los visitantes. El objetivo del artista es mostrar el rostro de la decadencia de la sociedad moderna.

El propietario del edificio es la Fundación Trotoara (en español, la acera), que organiza el ya tradicional TRAP Fest. La Fundación se propone inspirar a los jóvenes a realizar sus ideas, formar su propio sistema de valores, así como tomar una parte activa en el cambio con el que todos soñamos.

La edición de este año de TRAP Fest será la tercera consecutiva −dice Deyán Yankov, creador de la Fundación Trotoara− . Aparte de la diversión, queremos involucrar a los estudiantes en diversas actividades de voluntariado. Sólo el año pasado, los voluntarios fueron ciento cincuenta y los visitantes más de mil. Es un certamen interesante que cubre la gama completa de nuestras actividades: reciclaje, artes, música, danza, y se convierte en una fiesta imposible de olvidar. Ahora mismo estamos realizando un torneo basado en un videojuego. La final será los días 7 y 8 de diciembre, durante el TRAP Fest. Se trata de un juego de equipo, cada uno con sus propias tareas, deberes y posiciones. También es necesario tener una estrategia, y el pensamiento de equipo es sustancial tanto para el juego como para cada individuo. La condición para participar en el torneo es que el candidato haya tenido al menos un rendimiento promedio en la escuela el curso anterior. De esta manera queremos mostrar a los estudiantes que las calificaciones son importantes. Se han inscrito dieciocho equipos que competirán en dos fases: grupal y eliminaciones directas.

En estos momentos el edificio del centro juvenil está en proceso de renovación. Cuando las obras acaben, el Centro va a disponer de un estudio de grabación, una sala de ensayos y otra, de bailes, así como de un taller de reciclaje, y continuará desarrollando sus causas para el mejor presente y futuro de la sociedad. Uno de los programas en los que trabajan Deyán y su equipo se llama Voluntarios en acción. En opinión de Deyán, el voluntariado en Bulgaria aún no está suficientemente desarrollado, por esto él alienta a los adolescentes que acuden al Centro a ayudar a los necesitados porque “ayudar no nos hace superhombres, pero aporta satisfacción”.

Versión en español de Daniela Radíchkova

Imágenes: Archivo personal