Hoy en día la buena asistencia sanitaria cuesta dinero. Se trata, además, de bastante dinero y así no todo el mundo puede permitirse el lujo de seguir y aplicar las prescripciones de los facultativos para el respectivo tratamiento o, simple y llanamente, para mantener un modo de vida saludable, pese a que, según una encuesta del sitio “Dnevnik”, un 68% de los búlgaros señalan considerar la buena salud como su bien más importante. En Bulgaria se gastan, al año más de 4 000 millones de euros para la salud. Esto incluye las subvenciones por parte del Estado al sistema sanitario, el dinero de las cotizaciones obligatorias al seguro sanitario encauzadas al Sistema Nacional de Seguro Sanitario y las cotizaciones voluntarias que los ciudadanos aportan a compañías de seguros privadas. A lo anterior cabe agregar también los pagos que los pacientes hacen “debajo de la mesa”, los pagos complementarios efectuados en hospitales y clínicas por diversas extras como anestesias, por ejemplo. La cuantía se vuelve más espectacular todavía tras calcularse el pequeño porcentaje del precio de los fármacos, reembolsado por la Caja Nacional de Seguro Sanitario, y el pago del notablemente mayor porcentaje restante, por parte de los pacientes. Se llega así a este monto impresionante para Bulgaria, país de menos de 7 000 000 de habitantes, de más de 4 000 millones de euros, superior en 200 000 000 a la cuantía del año pasado. Mientras, cantan números de que los búlgaros somos unas de las personas más enfermas de Europa, de menor esperanza de vida y, encima, en el primer puesto en este continente por la mortalidad de la población. La edad media de la población es de 43,8 años y, por definición, esta población que envejece es más vulnerable a las enfermedades y necesita de mayores atenciones médicas y de mayo número de fármacos.
En 2017, según el instituto Nacional de Estadística, 2 220 161 búlgaros estuvieron hospitalizados en alguno de los 346 centros hospitalarios en el país. En papel las cuantías ya mencionadas suena bien ya que se aproximan, como porcentaje del PIB a la media europea al representar un 8,3 % del PIB. Sin embargo, hay que decir a renglón seguido que de este 8,3% sólo un 4,5% representan los gastos públicos hechos en la Salud Pública, asegura la prensa nacional. El resto corre a cargo de los pacientes. De esto se desprenden la escasez en la financiación de los hospitales, los míseros sueldos de médicos y personal sanitario, pagos morosos por consumibles y medicamentos a los proveedores, etc. A consecuencia de ello el descontento es general y protestan, por igual, galenos, enfermeras y pacientes. La asistencia médica a la población y el mantenimiento de ésta en una buena forma física y síquica generan relaciones bastante complejas que deberían ser solventadas por todos en forma conjunta. Es lo que está ocurriendo en la práctica. Las autoridades del Estado y la Caja Nacional de Seguro Sanitario, por un lado, y la Unión De los Médicos de Bulgaria, por otro, están pactando medidas, resoluciones y compromisos que serán aplicados en la Sanidad en el respectivo período de vigencia del acuerdo marco correspondiente. Este año las partes han logrado acordar los parámetros básicos de la política sanitaria en los próximos tres años. Se prevé que al menos un 50% de los ingresos mensuales de los centros sanitarios se asignen a sueldos. De esta cuantía un 64% se destinará a las remuneraciones de los médicos, y un 36% a los sueldos de los especialistas en atenciones sanitarias. La relación será de 1 a 1,6.Resulta curioso mencionar a estas alturas que a pesar del descontento que los pacientes búlgaros muestran por la Salud Pública nacional, las cosas quizás no anden tan mal como algunos se creen. Así, por ejemplo, a diferencia de muchos otros países de Europa, el paciente en Bulgaria, para consultar a un médico especialista, no ha de esperar para tal consulta durante meses sino, a lo sumo, una decena de días. No hay que olvidar que esto sucede pese al éxodo de Bulgaria de centenares y hasta miles de trabajadores sanitarios que parten rumbo a Europa Occidental en pos de condiciones laborales y remuneraciones mejores. Este hecho viene siendo corroborado asimismo por las decenas de miles de ciudadanos extranjeros que llegan a Bulgaria para someterse a chequeos médicos y sesione s terapéuticas en establecimientos sanitarios búlgaros. Su número está variando de año en año. Según los datos disponibles más recientes, el Ministerio de Turismo registró en el período de enero a septiembre de 2017 unas 26 300 visitas de extranjeros con el fin de someterse a tratamiento médico en Bulgaria. Según una encuesta, promovida por el citado Ministerio, el 84% de los ciudadanos extranjeros que han visitado Bulgaria consideran este país como un buen destino para el turismo sanitario, un 60% declaran estar íntegramente satisfechos por los servicios de que han disfrutado.
A su vez, los expertos aseguran que Bulgaria cuenta con todas las oportunidades para convertirse en destino adecuado para el turismo sanitario y médico puesto que no sólo dispone de una red bien estructurada de centros balneológicos y de SPA sino que también ofrece una buena relación precio-calidad.
Versión en español por Mijail Mijailov
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