Bulgaria, junto con Croacia, es uno de los pocos países miembros nuevos de la UE que han manifestado de forma oficial deseos de acceder lo más pronto posible a la Eurozona y adoptar el euro por moneda oficial. En Bulgaria este afán es respaldado por una serie de medidas tomadas en conformidad con los requisitos para este acceso. Se han aprobado enmiendas legales, los bancos se han sometido a pruebas de resistencia bancaria, el déficit presupuestario se encuentra bajo control, la deuda exterior se sitúa a un bajo nivel. En lo tocante a estos indicadores Bulgaria ha tenido incluso logros mejores que otros países de la UE que ya han adoptado el euro. De momento, la única que supera el nivel admisible es la tasa inflacionaria.
El miércoles, 29 de enero, los partidos parlamentarios búlgaros llegaron a un consenso político sobre la incorporación del país a la Eurozona. En medio de estas favorables circunstancias las autoridades no dejan de destacar que Bulgaria, de hecho, está lista para acceder al Mecanismo Europeo de Cambio, ERM II, llamado también “antesala” de la Eurozona. En la XIV conferencia nacional, celebrada esta semana por el Gobierno y los Empresarios de Bulgaria se manifestó oficialmente que se espera que el acceso al Mecanismo Europeo de Cambio se produzca hasta finales de abril. Por su parte, la directora gerente del FMI, la búlgara Kristalina Georguieva, ha manifestado, entrevistada por Radio Nacional de Bulgaria, que ve en un futuro a corto plazo el acceso de Bulgaria y hasta ha augurado que ello ocurrirá en el año 2023.
Unos días atrás Georguieva se entrevistó en Davos con Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, BCE, para abordar este tema. Lo que ella me ha dicho es que todo parece indicar que en mi sala de reuniones de la Eurozona pronto se hablará asimismo en búlgaro, ha agregado la directora del FMI.
Las autoridades búlgaras aclaran que hasta el acceso del país a la Eurozona, el Consejo de Control Monetario en Bulgaria se mantendrá vigente y que la adopción del euro se hará con el actual tipo de cambio de la moneda búlgara, la leva, con respecto al euro: 1,956 levas por 1 euro. Las autoridades no cesan de asegurar que en esta transición los precios de los bienes de consumo y de los servicios no subirán y que la economía búlgara podrá disfrutar de un respaldo a su estabilidad a través del Fondo de Rescate Europeo, dotado de 800 000 millones de euros.
Mientras tanto, la agencia sociológica “Trend” hacía público un sondeo de la postura de los búlgaros frente al euro, cuyos resultados no son del todo del agrado de los gobernantes. Según el Club Pericial de Economía y Política, que encargó ese sondeo, un 50% de los búlgaros mayores de edad se muestran contrarios a la adopción de la moneda europea, respaldada únicamente por un 19%, y un 54% de las personas encuestadas reclaman un referendo sobre la abolición del lev búlgaro como moneda nacional.
Es baja la desconfianza de los búlgaros frente a las dos monedas: de un 14% a favor de la leva en el currency board, y de un 10% a favor del euro. En ambos casos estos recelos se concentran en el grupo de los búlgaros de edad más avanzada. Un 60% de los búlgaros mayores de edad consideran el lev como una moneda estable. Esto se explica por la circunstancia de que en Bulgaria el euro funciona, de hecho, como moneda oficial porque tiene un tipo de cambio fijo con respecto a la moneda búlgara. Es esto lo que confiere solidez a la moneda nacional, equivalente a la que tiene el euro. No por casualidad algunos precios en Bulgaria están en euros, sobre todo los de los bienes inmuebles. Los búlgaros reclaman una consulta popular sobre el euro únicamente por sus recelos de que a raíz del cambio los precios se disparen y así se vea mermado su poder adquisitivo. Sumando a lo anterior el hecho de que Bulgaria tiene el récord europeo en los bajos ingresos de sus habitantes, este argumento se vuelve aún más contundente y no hay político o experto alguno capaz de persuadir al búlgaro de lo contrario.
Nunca está de más cierta dosis de pesimismo y cautela sanos, máxime al tratarse de un cambio de tanto calado como será la adopción del euro. Muchas personas van incluso aún más lejos al vaticinar que el flirteo entre la moneda búlgara y el euro no acabará en un matrimonio a corto plazo, debido, básicamente, a razones políticas. Se trata de la fama que Bulgaria tiene de ser el país más pobre y, encima, el más corrupto de la UE. Existen fuerzas influyentes en los países de la Eurozona que lo consideran justamente así y han expresado reiteradamente que hasta que esta condición del país no cambie Bulgaria no será admitida al núcleo de la UE. Así que, hasta en el caso de verse Bulgaria admitida al Mecanismo de Cambio Europeo, ERM II, no extrañará que ésta permanezca en esa “antesala” durante un largo e indeterminado período de tiempo, por razones políticas.
Versión en español por Mijail Mijailov
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