Todo comenzó hace un año aproximadamente en un área de instalaciones de entretenimiento infantil. Se gestó la idea de una muestra fotográfica y luego tocó el turno a los llamados columpios-balanzas adecuados a las necesidades de los niños en sillas de ruedas.

La autora de la idea es Anna Yoncheva, colaboradora técnica en una importante compañía importadora de coches, madre de dos hijos. Sabe, como cualquier otro búlgaro, que en el espacio público el tema de los niños con capacidades físicas limitadas tiene una presencia relativamente frecuente. Se suelen debatir las atenciones médicas, los recursos indispensables para la vida a plenitud de esos niños, sus necesidades educacionales. Anna, como madre está muy consciente de lo importantes que son los juegos en la edad temprana de los niños y cuán copiosa es la información “invisible” que los chiquillos intercambian y asimilan al establecer contactos con sus coetáneos al margen de los grupos de estudios, las ludotecas, etc.

“La idea surgió a consecuencia de un suceso desagradable, Un compañero de clases de mi hija le dijo que no jugara con una chica en una silla de ruedas porque aquello era “contagioso”. En aquel momento decidí que tenían que hacer fotos de esos menores de edad para mostrar que eran iguales al resto de los niños, quise hacerlos “más visibles”. En mi entorno no hay tales niños, de modo que formé un grupo en Facebook describiendo la esencia de la idea. Ésta se propagó con gran rapidez y a la semana organicé una actividad. Nos reunimos en un parque, acudieron a la cita mis primeros “modelos”, nos conocimos y les hice fotos. Con el paso del tiempo fui organizando reuniones en las que niños de necesidades específicas establecían contactos con coetáneos suyos. Aprenden juntos a jugar y comunicarse en forma normal. La meta del proyecto es mostrar a esos niños que para una buena parte de la sociedad continúan siendo invisibles. Siempre resulta que cuesta encontrar para ellos puestos en las guarderías infantiles, en las instalaciones de entretenimiento infantiles, en las escuelas. Así, en agosto de 2019 arrancó la campaña “A jugar juntos”.

Paralelamente se fue gestando y realizando la idea del columpio- balanza, que es una forma óptima para la incorporación a los juegos de los niños “diferentes”. Este peculiar columpio se destina a los niños que no se pueden balancear en un columpio convencional. Hasta el momento tenemos fabricados 6 columpios de este tipo, 2 de los cuales ya han sido instalados, uno en Sofía y el otro en Pleven. Próximamente se montarán tales columpios en las ciudades de Vratsa¸ Stara Zagora, Sevlievo, Razgrad. Espero que también se puedan montar otros dos en la capital. Como autora del proyecto puedo decir que lo más satisfactorio para mí ha sido la buena acogida dada a esta idea por la sociedad. Absolutamente todos los columpios han sido adquiridos con recursos donados por numerosos ciudadanos. Quiero darles las gracias a todas las personas que me apoyan. Es que una persona sola no puede hacer nada”.

Hasta el momento han sido organizadas con éxito dos exposiciones tras las cuales han aumentado los donativos que se encauzaron a la cuenta especial de la iniciativa. En breve el proyecto marcará el primer aniversario del comienzo de su andadura. Mientras, el día 23 de febrero en el City Stage se ofrecerá un concierto de música rock con el fin de popularizar la idea. En respaldo a los niños actuarán afamados intérpretes búlgaros, entre ellos Vasko “El Parche”, los grupos The Case, Yambadon, Expose Team, Time Jogglers y el grupo “Balkanci” cuya música se inspira en el folclore búlgaro.

Anna Yoncheva espera que por medio de los recursos recaudados y a través de la colaboración de los ayuntamientos de diferentes núcleos poblacionales de Bulgaria “las balanzas del Bien y de las sonrisas infantiles” puedan llegar a todos los niños “diferentes”.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Archivo personal