En las condiciones de la pandemia  gran número de museos y galerías ofrecen recorridos virtuales en sus páginas Internet en los que los usuarios podrán asomarse a sus colecciones copiosas de cuadros y artefactos mientras se encuentran confinados en sus hogares sin la posibilidad de viajar.

Cuidan de la creación de estos recorridos, así como también de la selección de diferentes aplicaciones y productos, grupos de expertos que desarrollan la presencia online de las compañías y las instituciones culturales. Muchos de estos equipos son dirigidos por búlgaros cuyas oficinas están radicadas en Bulgaria. Tal es también la firma de Yavor Bonev, creada hace 9 años:

En aquel momento acababa de regresar de Nueva Zelanda, país en que había estado trabajando en distintos estudios de arquitectura, dice. Me topé con una nueva tecnología, diseñada por una compañía danesa, que empleaba pirámides de cristal en las que se insertaba un objetivo auténtico en torno al cual iba a girar un holograma. La compañía había convocado un concurso de animación de un producto suyo ya que en aquellos años nadie había hecho una cosa de este tipo Gané el segundo premio, viajé a Copenhague y decidimos trabajar con los dinamarqueses de manera conjunta.

Yavor y los integrantes de su equipo han diseñado más de un centenar de proyectos, el primero de los cuales destinado a un productor cervecero mundial. En 2011, con la ayuda de la animación en holograma, familiar por la Guerra de las Galaxias, consiguieron hacer girar la botella de cerveza y “reavivar ”su etiqueta. Fue así como descubrieron un nicho libre en el mercado y paulatinamente fueron convirtiéndose en la compañía con el mayor número de proyectos llevados a efecto con este tipo de animación.

Ocupan un puesto especial en el portafolio de Yavor Bonev también los recorridos virtuales, entre los cuales disfrutan del mayor interés los efectuados por Viena y por la región francesa de Champaña. El diseño del recorrido por la capital austríaca le llevó al equipo nada menos que una decena de meses:

El proyecto vienés no es accesible en Internet, dice Yavor Bonev. La idea apuntaba a mantenerlo en autocares que hacían el trayecto entre diversos puntos de la ciudad, tras determinado aviso los pasajeros podían ponerse las gafas y sumirse en el pasado. Podrían, por ejemplo, detenerse delante del palacio Hofburg o frente a la catedral San Esteban y verse metidos en esas zonas pero hace 300 años. De este modo uno se hace testigo de instantes cruciales de la historia del Estado y de la ciudad. Hicimos el rodaje con una pantalla verde de fondo, con la participación de un equipo de 80 personas. Nos ofrecieron trajes de los museos austríacos, y para las batallas utilizamos a soldados y caballos En fin, disponíamos de todo lo indispensable para la producción cinematográfica. Al final combinamos  lo que habíamos grabado con decorado hecho con animación asistida por ordenador.

El desafío posterior ha hecho a Yavor Bonev y a su equipo retroceder 17 siglos en la antigua y eterna ciudad de Plovdiv. Se propone mostrar cómo era antaño la Basílica de Obispo, echando mano de la realidad virtual y la animación. Para hacer más realista y veraz la vivencia han conversado  con historiadores, arqueólogos y restauradores, informándose sobre la historia del antiguo templo del que hoy en día sólo quedan fragmentos, gracias a los cuales, empero, la reconstrucción virtual consigue mostrar hasta los detalles ínfimos del interior de la basílica.

Desgraciadamente, no se ha suministrado todavía a la ciudad de Plovdiv el equipamiento indispensable para este recorrido virtual, y la situación de emergencia creada por el coronavirus retrasará complementariamente su montaje.

A estas alturas el equipo se encuentra trabajando en una reconstrucción más, la de un castillo búlgaro desaparecido. Planea asimismo dar clases virtuales en las que ayudarles a los alumnos en el conocimiento de las leyes físicas, los elementos químicos y su aplicación. Y, por qué no, familiarizarlos con los hechos históricos plasmados dos en las páginas de la historia búlgara y universal.

Versión en español por Mijail Mijailov