Los aficionados al deporte han ido acumulando mucha energía en el período del estado de emergencia en Bulgaria motivado por la pandemia de Covid−19. Tras levantarse la prohibición para la práctica de deportes individuales a la intemperie, los amantes de la ultramaratón ya están saboreando el placer del momento en que esta revocación sea válida también para los deportes masivos. Para ellos será una señal de que en el fin de semana posterior a la supresión de la restricción podrán encarar una tentación realmente irresistible, la de correr en la competición Run Around the Clock en la porción menos concurrida de la montaña Vítosha, próxima a Sofía.
La competición se ha planeado como una ultramaratón de montaña un tanto distinta. No trascurrirá conforme el esquema convencional de salida, cruce por los puntos A, B, C, etc., y llegada a la meta, explica el organizador de la prueba Pirin Galov, vencedor en la crudísima ultramaratón Frozen Peaks 2019, en Grecia. En entrevista para Radio Bulgaria, Galov revela detalles sobre el trayecto y el reglamento de la carrera:
Discurrirá por un trayecto circular de 11,5 kilómetros por las laderas meridionales de Vítosha, con un desnivel de +525 metros. El punto de la salida y la meta estará en la aldea de Kládnitsa, y el trazado se enmarcará entre ésta y la aldea de Chuypetlyovo. Habrá una salida masiva a las 10:00 h. Los participantes correrán por este trayecto y cada vuelta la habrán de dar en el marco de dos horas. Dos horas después del pistoletazo de salida de la vuelta anterior, deberán recomenzar a correr siguiendo el mismo trayecto. Quien no consiga concluir el recorrido a tiempo será descalificado. También quedará eliminado de la competición todo participante que no logre culminar en el marco del tiempo de control una vuelta más que todos los participantes restantes.
El riguroso reglamento de la prueba contempla un vencedor único, excepto si dos participantes hacen un número igual de vueltas y desisten simultáneamente de la prueba. Si el último “superviviente” arranca pero no logra llegar a la meta en dos horas, la competición culminará también sin “hoja de laurel”.
La idea de este tipo de competición ha sido calcada del formato estadounidense Last Man Standing, pero ha sido desarrollada. Pirin Galov dice esperar que algunos de los participantes puedan recorrer más de 170 kilómetros con desniveles de 7,000 a 8,000 metros. Hasta se me ocurre pensar que si la gente llega lo suficientemente motivada, se pueda franquear el límite de 200 kilómetros con unos 10,000 metros de desnivel, augura Galov.
También será inusual la logística de esta competición de montaña.
Hasta el momento se han apuntado unas 40 personas −comenta Pirin Galov− . Por ser el formato un tanto más peculiar, cada participante deberá organizar él mismo su zona de descanso, comida e hidratación, de manera que cuente como mínimo con un acompañante que le ayude.
Los corredores participarán en la prueba de manera gratuita, ya que la organización se ha hecho íntegramente con el empleo de recursos personales de Pirin Galov. El premio al vencedor consistirá en una plaza reservada en la caravana de Galov para la aventura ultramaratoniana 2020 en los Alpes. El propio Pirin Galov dice haberse apasionado por las carreras ultramaratonianas a través de terrenos accidentados hace siete años, tras haberse ensayado anteriormente en orientación deportiva, escaladas y alpinismo. Señala que la ultramaratón le ayuda a aunar estas pasiones y su gran cariño por las montañas tanto en Bulgaria como en el mundo.
En Bulgaria se organizan varias ultramaratones en las que, pese a todas las vueltas y recorridos que he dado por el mundo, participo gustoso más y más por el contacto con la naturaleza y la posibilidad de permanecer días y noches conmigo mismo en estas montañas −dice Galov− . Por ejemplo, en los montes Ródope, que es una de las cadenas montañosas más hermosas y majestuosas de Bulgaria, se organiza la ultramaratón Persenk Ultra. Hay que imaginar cómo corriendo en plena noche, uno hace alto para reponer fuerzas en el puesto establecido con tal fin, en el que arde una fogata y se oyen los sonidos de una gaita. Las palabras no bastan para describir esta sensación. Esto hay que vivirlo, hay que rozar la magia del monte. En fin, hay que sentir las emociones que despierta tal vivencia.
Esto es también válido para los participantes que en Run Around the Clock correrán por las pendientes meridionales de la montaña Vítosha. Aunque no ganen se quedarán con la fruición de haber sentido la montaña de cerca, de haberse superado a sí mismos y haberse conocido mejor, disfrutando de la sensación de ser parte de una comunidad con la que habrán estado en perfecta sintonía.
Fotos aportadas por Pirin Galov
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