Ya no hay colas de automóviles que esperan cruzar de Bulgaria a Grecia en el puesto de control fronterizo de Kúlata−Promahonas después de que las autoridades griegas relajaron el régimen para el paso de los ciudadanos comunitarios. Éstos ya no están cometidos a un control total, y los ciudadanos búlgaros ahora pueden cruzar la frontera sólo mostrando su tarjeta de identidad. A los nacionales de terceros países les lleva más tiempo pasar los puntos de control, puesto que deben certificar dónde se alojarán. Además se les realizan pruebas de coronavirus.