Éñovden es una de las festividades más queridas del calendario popular búlgaro, con profundas raíces en las tradiciones, la mentalidad y las creencias del pueblo. Se celebra en fecha fija, siempre el 24 de junio. Es conocida también por el nombre de san Juan Veraniego, porque en esa misma fecha el mundo ortodoxo celebra el nacimiento de san Juan Bautista.
Según las creencias populares, en Éñovden termina el trayecto que recorre el sol desde el invierno hasta el verano y el astro rey emprende el camino de regreso al invierno. Además, en la víspera de la festividad, el cielo se abre, las estrellas bajan a la tierra hechizando a las hierbas y las flores, atribuyéndoles poder medicinal. En Éñovden también las aguas tienen propiedades curativas, puesto que antes de tomar el largo camino al invierno, el sol se baña por última vez en ellas. Es por eso que incluso hoy en día, al despuntar el alba del Día de san Juan, hay gente que suele hacerse un baño ritual en ríos y lagos.
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