El uso de nanopartículas en la medicina es una práctica relativamente nueva. No está lejos el día en que en el mercado se comercializará el tan buscado medicamento que destruirá las células cancerígenas sin dañar el tejido sano. También se están aplicando nanotecnologías que purifican de contaminantes, como los antibióticos, las hormonas y las pesticidas.

Están orientados a este ámbito los estudios de la química joven búlgara *Dra. Ivalina Trendáfilova. Sus esfuerzos se aplican en el diagnóstico y tratamiento de distintas enfermedades. Por ejemplo, aparte de ser capaces de detectar células cancerosas de reciente formación, las nanopartículas pueden ser programadas para conectar los agentes quimioterapéuticos directamente con las células malignas. 

“Las sustancias utilizadas en la quimioterapia dañan tanto las células tumorales, como las sanas −señala dice la Dra. Trendáfilova− . Al insertar los fármacos en los portadores sintetizados, logramos llegar al tumor o al tejido infectado y lograr que la sustancia curativa se secrete en ese mismo lugar sin intoxicar todo el organismo, lo cual es una ventaja muy grande”. 

Las nanotecnologías además pueden mejorar la solubilidad de las sustancias biológicamente activas de origen natural y así permitir el suministro de la sustancia activa al órgano o tejido deseado.

Las nanopartículas se usan como catalizadores en reacciones de descomposición de contaminadores y también como medio de depuración.

“Suelen ser reacciones oxidativas que purifican las aguas residuales de diferentes producciones industriales −explica la Dra. Trendafilova−. Las sustancias nocivas que contienen son de concentraciones muy pequeñas, que se consideran aceptables, lo que conduce a su liberación en la naturaleza. Sin embargo, los estudios de los últimos años señalan que dichas sustancias causan graves problemas al acumularse en el suelo y las aguas en la naturaleza. Estos contaminantes orgánicos inciden en la reproducción y la población de las especies. Los sistemas que estoy desarrollando están encaminados a esta dirección: la depuración de los microcontaminantes. El objetivo es su plena descomposición hasta llegar al estado de agua y dióxido de carbono, o al menos a sustancias que no puedan dañar tanto como las primarias”.

Por su esmero y dedicación a la ciencia, la Dra. Ivalina Trendáfilova ha sido galardonada con la beca más prestigiosa en el ámbito de la ciencia, en el marco del programa María Skoldowska-Curie (MSCA). El programa se desarrolla en la Universidad de Namur, en Bélgica, donde la joven científica continuará su investigación. Planea regresar a Bulgaria cuando acumule experiencia y conocimientos para transmitirlos a sus colegas. Su sueño es aportar al desarrollo de la ciencia en Bulgaria a nivel mundial: 

“Cuando algo se hace de todo corazón y es la vocación y pasión de uno, se da lo mejor que se tiene y se sigue adelante −comenta la Dra. Trendafilova−. Insisto en que mi deseo es desarrollarme en el ámbito de la ciencia. Me emociona, me hace afrontar cada día nuevos retos, así como pensar y leer para resolver un problema. Quiero quedarme en la ciencia. Despertar con ganas de trabajar es una ventaja que poca gente posee”.

Versión al español de Hristina Táseva

Fotos: fund13veka.bg y archivo

*La Dra. Ivalina Trendáfilova es asistenta jefe y doctora en el Instituto de Química Orgánica con centro de Fitoquímica, adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria.

Es autora de decenas de publicaciones científicas en el ámbito de las nanotecnologías.

Es directora de proyectos para el diseño de nuevos sistemas de nanocomposición.

Es portadora de premios y distinciones, incluido el Premio a Científico Joven Prof. Marín Drinov, en 2019.

En 2020 es una de los seis científicos nominados al Premio a Talento Joven en el área de las Artes y las Ciencias del Fondo Nacional de Donaciones XIII Siglos Bulgaria.