El jueves, 26 de noviembre, el Parlamento de Bulgaria aprobó de manera definitiva los Presupuestos 2021. De hecho, los diputados han aprobado tres presupuestos diferentes: el de la Seguridad Social Pública, el de la Caja Nacional de Seguros de Salud y el del Estado. La votación se produjo sólo un día antes de entrar en vigor las medidas antiepidémicas endurecidas por un período de una veintena de días y de la prórroga del estado de emergencia epidémica en el país hasta el 31 de enero de 2021.

Ya con la adopción de las cuentas financieras consolidadas del país para el próximo año, hecha por el Gobierno a finales de octubre, sus parámetros desataron gran número de comentarios encontrados. Las críticas, por su esencia, se traducen en las invectivas de que este Presupuesto Público no es realista, de que prevé gastos públicos excesivos y que no está bien claro si se conseguirá la recaudación de los ingresos estimados al erario público. El Partido Socialista Búlgaro, la principal fuerza opositora, ha calificado el presupuesto de “inadecuado”.

En los Presupuestos 2021 se han estimado ingresos del orden de 24.300 millones de euros, pero los gastos sobrepasan esta cuantía en casi 2.560 millones, al cifrarse en 26.800 millones de euros. Por esta razón, se ha recogido que se producirá un déficit presupuestario de 2.560 millones de euros, cuantía que representa un 3.9% del Producto Interior Bruto (PIB) estimado. Para cubrir los gastos, el Estado podrá contraer una nueva deuda pública del orden de 2.300 millones de euros. No obstante, Bulgaria seguirá siendo uno de los países menos endeudados de la Unión Europea (UE) y muy por debajo del 60% del PIB autorizado por la UE.

Los nuevos Presupuestos están siendo considerados por algunos observadores y sobre todo por sus artífices como sociales y anticrisis, orientados a respaldar mejor tanto a la Empresa como a la ciudadanía golpeadas por la pandemia de Covid–19. En numerosos sectores, habrá aumentos de los ingresos con la esperanza de relanzar así la demanda y, de ahí, la economía en su integridad, pues habrá aumentos salariales en la Administración Pública, la Sanidad, las Fuerzas de Seguridad, la Educación, etc. Serán aumentados asimismo los subsidios para los hijos de familias de bajo ingresos, se prevén facilidades fiscales para todos los matrimonios con hijos, como también el aumento de las pensiones en un 5%. El salario mínimo interprofesional sube de los actuales 305 a 332 euros, la pensión mínima se aumenta a 153 euros.

Sobre el telón de fondo de los ingresos cobrados en los países europeos desarrollados, este dinero, dicho eufemísticamente, es una cantidad modesta, pero, con todo, para la pequeña Bulgaria y para los búlgaros, se trata de buenas nuevas. Además, en 2021 se celebrarán en este país elecciones parlamentarias y las fuerzas políticas, en primer lugar las que están ahora en el Gobierno, pretenden volverlas a ganar.

Los artífices de los Presupuestos Generales han tomado en consideración la crisis económica generada en casi el mundo entero por la Covid–19 y han hecho sus cálculos a base de estimaciones de un PIB del orden de un 2.5% y un crecimiento económico global superior al 4%. En la víspera misma de las nuevas medidas anti–Covid y las insoslayables consecuencias económicas, este crecimiento estimado no parece muy seguro. Es que no hay forma de que el cierre parcial decretado el viernes, 27 de noviembre, en Bulgaria, y el cierre o restricciones de numerosos negocios no repercutan adicionalmente y en forma negativa en la economía búlgara. Es improbable que sus secuelas puedan ser superadas con rapidez en 2021, habida cuenta de la bajada de al menos un 7% esperada este año en la economía nacional. “Resultará que en unos términos relativamente breves después de las elecciones, habrá que actualizar los Presupuestos y recortar gastos”, vaticina Krasen Stanchev, economista del Instituto de Economía de Mercado, citado por el sitio electrónico Dnevnik.

Versión en español por Mijail Mijailov