Desde el 27 de noviembre rige en Bulgaria un bloqueo parcial que se extenderá hasta el 21 de diciembre. Obedece al deterioro de la situación epidemiológica en el país y la propagación del coronavirus. Tan pronto como se decretaron las nuevas medidas de crisis, las autoridades han acometido nuevas medidas económicas, sociales y sanitarias para el rescate tanto de los negocios como de la población.

Desde el 30 de noviembre, empleados y trabajadores de negocios cerrados en determinados sectores que cotizan a base de una jornada laboral de 8 horas podrán percibir 12 euros diarios en el marco del Programa "Protégeme", dotado con casi 26 millones de euros. El viceprimer ministro Tomislav Donchev ha prometido anunciar estos días un nuevo plan de respaldo a la economía por valor de 87 millones de euros. La semana pasada trascendió que la Comisión Europea (CE) asigna a Bulgaria 511 millones de euros para apuntalar su lucha contra la crisis de Covid−19. Este sustancial apoyo financiero incluye recursos a fondo perdido para capital circulante para microempresas y pymes, inversiones capitales y garantías para préstamos, precisa la CE. Además, siguen en vigor las medidas 60/40 y 80/20, destinadas a conservar los puestos de trabajo mediante el pago por parte del Estado de una parte de los sueldos en las empresas en apuros.

El ministro de Economía, Lachezar Borisov, ha anunciado que el Gobierno está reencauzando un total de 80 millones de euros del Programa Operativo de Innovación y Competitividad para socorrer a la Empresa. Por su parte, la viceprimera ministra y titular de Turismo, Mariana Nikólova, ha señalado que este sector más necesitado y más perjudicado por el Covid−19 recibirá una ayuda del orden de 26 millones de euros. En total, el Ejecutivo se propone asignar de 179 a 204 millones de euros del Presupuesto Público para salvar la economía. Todo ello debería llevar serenidad a los empresarios de los sectores más duramente golpeados por la crisis: el transporte, la hostelería, la restauración, la industria del ocio, el agro, el comercio minorista, entre otros. El primer ministro Boyko Borisov ha calificado estas medidas de “equilibradas”.

En lo que se refiere a los aspectos eminentemente sanitarios de la crisis, no hay observador que no reconozca que las autoridades han desplegado y están desplegando esfuerzos considerables por reforzar y perfeccionar la capacidad del sistema sanitario nacional en su lucha contra la pandemia. Desde el punto de vista material, las cosas parecen bien: hay hospitales, equipos y medicamentos en cantidades suficientes, aunque se noten también bastantes problemas organizativos y burocráticos.

El Ejecutivo ha declarado que la futura vacuna anti−Covid−19 será voluntaria y gratuita para la ciudadanía. De momento, empero, sigue en pie el problema relacionado con la extenuación y el déficit del personal sanitario entre médicos, enfermeras y celadores. No es casual que continúen las pagas extra de 500 euros para los sanitarios en primera línea. Además, a partir del 1 de enero, se avecina un nuevo aumento de sus sueldos.

Los impugnadores de las autoridades consideran que el Estado debería sufragar los sueldos y las cotizaciones de los trabajadores en los negocios cerrados, abonarles sus gastos, ofrecerles acceso más fácil a nuevos créditos y propiciar que se reescalone el pago de las deudas ya contraídas, decretar períodos gratuitos exentos de pago de intereses para lo que las empresas adeudan al Estado, entre otras muchas expectativas en lo económico. De momento, sin embargo, no se prevé una prórroga de la moratoria sobre los créditos, decretada en junio y que expira a fines del año en curso, que fue muy altamente valorada por las empresas afectadas por la crisis.

Se estima que para ayudar a la economía habrá que invertir otros 200 millones de euros. Según el escenario más pesimista, las pérdidas para el PIB ascenderán a 500 millones de euros, pero esto podrá ser compensado, opina el Ejecutivo.

Es evidente el empeño de las autoridades en lograr un arduo equilibrio entre la libertad de la vida económica y el rigor de las medidas. Por esto quizá esté de más el macabro dilema ”la gente o la economía”.

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: BTA y BGNES